Las autoridades sanitarias de Rusia determinaron suspender a varias plantas frigoríficas de Paraguay, y de Argentina también, por la presencia de residuos en carne de sustancias que no están permitidas en el país Euroasiático, por ejemplo la Ractopamina.

Debido a eso, en Rusia “no descartan que se pueda adoptar la decisión de imponer restricciones a las importaciones de carne y de productos cárnicos ganaderos de todas las empresas” que trabajan en el país.

En ese sentido, la Asociación Rural del Paraguay (ARP) emitió un comunicado público donde exige al Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) que “se determine la veracidad de la grave acusación de Rusia e individualice al o a los responsables”, para “distribuir correctamente las culpas”.

La ARP considera necesario que las autoridades rusas “deben indicar responsablemente cuál fue la partida de carne de origen paraguayo en la que se detectaron las existencias de tales sustancias prohibidas, de manera que, bajo un mecanismo de trazabilidad regresiva, el Senacsa pueda establecer el origen de la misma”.

La gremial asegura: “La seriedad de la exportación de carne, la defensa de todos los mercados, y la necesidad de exigir a todos los productores un compromiso con la producción y la comercialización responsable, es fundamental y de mayor relevancia, por lo cual consideramos que la investigación del caso es un tema urgente” y “debe hacerse al costo que fuere para garantizar la calidad de nuestros productos”.