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“En 2021 se puso a prueba la eficiencia y la creatividad de los productores de leche”

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“En 2021 se puso a prueba la eficiencia y la creatividad de los productores de leche”

Foto: César Villagra.

(*) El sector lechero cerró un año muy complicado por situaciones adversas del clima en algunos tramos de esta temporada y por el disparo de los costos de producción. “Fue un año complejo que puso al límite la eficiencia y la creatividad de los productores de leche. Muchos tambos inclusive tuvieron que cerrar”, manifestó María Inés Berkemeyer, presidente de la Asociación de Productores de Leche y Criadores de Razas Lecheras (APROLE), quien en la entrevista se refirió a la coyuntura del negocio y los desafíos para el sector.

¿Cómo cerró el año el sector lechero?

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Fue un año difícil para la lechería, mucha gente tuvo que cerrar su tambo e incluso varios decidieron enviar sus vacas a faena por el buen precio de la carne para sacar una rentabilidad. Hubo productores que lograron mantenerse aunque muchos bajaron considerablemente su producción. Los balanceados están a precios prohibitivos, lo que llevó a que mucha gente baje la alimentación de sus animales y esto desencadenó en una menor cantidad de leche para las industrias. El cambio climático también nos tuvo a maltraer un rato, pero ahora por suerte llovió lo suficiente y se pudo plantar, gracias a Dios. Esperemos que siga lloviendo para que realmente aquellos que plantaron tengan buenos rendimientos y puedan tener buena disponibilidad de alimento.

¿Desaparecieron algunos productores?

Si, hay muchos que cerraron. En su gran mayoría fueron pequeños productores, pero recién en 2022, en base a un trabajo con la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos (CAPAINLAC), se va a poder saber cuáles fueron las cuencas más afectadas.

¿Toda esta situación repercutió en la producción y el consumo?

A pesar de todo, no dejamos de trabajar en la pandemia y siempre se tuvo el producto sobre la mesa. Sin embargo, hubo alguna merma de oferta en algunos productos porque con el menor volumen de producción es muy difícil estar con tanta presencia activa en el mercado. En líneas generales las industrias tienen productos, pero quizás no en la cantidad de escala como antes.

¿El contrabando también preocupa al sector?

Sí, hay mucho consumo de productos de contrabando y eso está golpeando a la lechería. Con la apertura de las fronteras estamos teniendo mucha entrada de productos de los países vecinos, sobre todo en la parte de quesos. Si bien es cierto que no igualan en muchos casos a la calidad de la producción nacional, es un atractivo para los locales de hamburguesas y pizzas por el factor precio. Están entrando quesos tipo Dambo y Muzarella a precios inferiores y eso hace que el microempresario se acoja a consumir esos productos que le producen mayor rentabilidad a la hora de vender sus productos.

¿Qué puede hacer el productor en esta situación con el contrabando y el aumento de los costos?

Es muy difícil la pregunta porque hay que estar en el zapato de cada productor y los costos que tiene cada uno. Si vivo solamente de la lechería es complicado, y creo que la baja de los granos no se va a dar en el corto plazo. Necesitamos una o dos lluvias más para que haya un óptimo desarrollo de los cultivos y empezar a hacer comida. Es un momento muy difícil para hacer un comentario porque hay una situación variable y uno tiene que pensar bien lo que va a hacer.

¿Qué recomendación puede dar a los productores?

El productor se tiene que sentar a analizar y definir qué tipo de producción quiere hacer. Ahora el plan de negocios estratégico tiene que ser a cada año, cierre de balance y hacer las cuentas, porque hoy en día no se puede hacer futurología porque no hay posibilidad de hacer una proyección sin muchos altibajos. Aconsejaría a aquellos que se inician en la lechería a que hagan balance a año cerrado y hacer los números de los gastos, los rendimientos, aprender sobre los errores y tomar las decisiones que se tengan que tomar.

¿Se puede decir que el 2021 estuvo a prueba la eficiencia de los productores?

Estoy segura de eso. El año que cerró puso a prueba la eficiencia y la creatividad de los productores de leche. El desafío del productor es sentarse a hacer los números y definir qué quiere hacer. La actividad lechera es muy sacrificada pero a la vez es noble y muy buena. En la vida hay que tomar decisiones estratégicas y sobre todo tiene que ser muy consciente en lo que hace. La lechería es el centro del negocio y si no se van a analizar todos los números puede ser un desastre.

¿Cómo fue el año en precios?

Al principio las industrias subieron mucho el precio por las necesidades y la falta de leche. Muchas cooperativas dieron un plus en cuanto a balanceados para no bajar el volumen de producción porque la alimentación, a parte de la genética, es lo que genera la calidad de leche y todos sabemos que a una mejor calidad hay un mayor rinde. La calidad de la leche sale del animal y eso depende del cuidado, de la sanitación, y de la alimentación.

¿Se tuvo un avance en la calidad de la producción nacional con el plus en el precio?

Creo que sí, porque eso hizo que de alguna manera el productor fuera más eficiente, que no significa tener una súper máquina, sino realizar el lavado de manos, la limpieza de tarros, el sistematizar las horas de ordeño, que son cosas que a larga dan beneficios. La vaca es un animal de costumbre y cuanto menos le saquemos de su rutina más eficiente puede llegar a ser. El animal cuanto más cómodo se siente y más confort tiene más volumen de leche produce.

¿Qué perspectivas hay para el 2022?

Será un año parecido al 2021 y ojalá se pueda plantar y tener buenos rendimientos para bajar los costos. Tenemos que ser más eficientes. Hay alternativas para poder seguir en este rubro. La lechería es una pasión que requiere de mucho trabajo y sacrificio, pero también es una actividad que quincenalmente te da un ingreso y rentabilidad para la familia.

(*) Entrevista de la Revista ARP.