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Pettengill: “Queremos un Instituto de la Carne con la ARP y sin la participación del Estado”

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Pettengill: “Queremos un Instituto de la Carne con la ARP y sin la participación del Estado”

Foto: Última Hora

El nuevo presidente de la Cámara Paraguaya de la Carne (CPC), Luis Pettengill, que asumió el pasado miércoles, se refirió, entrevistado por Valor Agro, a los desafíos de la industria frigorífica en el país, al comportamiento de los mercados internacionales de la carne bovina, a las opciones para valorizar el producto en los destinos y a la creación del Instituto Paraguayo de la Carne (IPC).  

– ¿Qué desafíos de corto y mediano plazo enfrenta la industria frigorífica en Paraguay?

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– El mayor desafío es el post coronavirus. Todavía no estamos en esta etapa pero vamos caminando hacia ahí. Igual será muy importante saber cómo nos irá en los próximos dos meses (junio y julio) que son de invierno. Se supone que por ser una enfermedad pulmonar sería más complicado durante esas fechas. Implica tener más cuidado y prestar mucha atención, no solo por la enfermedad, sino en qué hacemos si se confirma un caso: cómo seguimos con la faena durante ese tiempo. Los protocolos actuales no son sencillos, al contrario, son exigentes y cómo involucra a muchas personas no es de fácil aplicación.

– ¿Cuál es la capacidad de faena actual y cuándo estiman alcanzar la normalidad?

– Hoy estaríamos en un 60% de la capacidad máxima. Las plantas, en su generalidad, cuentan con mucha gente concentrada en las áreas de desposte, de empaque y también, aunque un poco más separadas, de faena. Pero hay muchos momentos que controlar: el comedor, el ingreso y la salida de operarios de la fábrica, y otros puntos de contactos que son necesarios de tener vigilados. Se llegó a un acuerdo con los Ministerios de Trabajo y Salud para tener al menos un 50% del personal por turnos, cosa de ir variando turnos y de parar un turno completo si una persona se enferma. Eso nos obligó a bajar la faena a un 60% aproximado.

– ¿Se podría retornar a la normalidad en 2020?

– Estimamos que después de julio, porque en agosto y septiembre vuelve a subir la temperatura, la pandemia pueda aflojar y no hayan tantos contagios, eso facilita a volver a una capacidad normal del 80%. Nunca se podrá mantener un normal del 100%, pero un 80% seguro se puede y es lo que normalmente tenemos.

– En muchas oportunidades se ha manifestado que la industria está en su zona de confort con los mercados actuales y no se exige por nuevos destinos o valorizar el producto en los existentes, ¿es uno de los desafíos de los frigoríficos?

– Básicamente los mercados que valoran el producto son Chile, que compra carne enfriada y a buen precio, Europa que demanda cortes de alto valor comercial, e Israel que se lleva el delantero. También está Brasil que compra las picañas. Todos los nombrados están abiertos, pero hoy, por motivos sanitarios que ya conocemos, están lentos. Después está Rusia que es de volumen, al igual que el Medio Oriente y proveeduría marítima (Hong Kong). En total contamos con 72 mercados, los que faltan son pocos. Estados Unidos es el que está más avanzado, resta la habilitación de las plantas pero por la pandemia no pudieron llegar y es lo último. En los mercados asiáticos, donde está la futura demanda, la estrella es China y está distante porque no se ha iniciado el más mínimo intercambio desde lo sanitario y de empezar sería un proceso de dos años aproximados. Después faltan Japón y Corea del Sur, que no aceptaban países libres de aftosa con vacunación, pero al ingresar Uruguay podría ser un momento para ir de atrás.

– A los mercados habilitados, ¿qué opciones hay de darle más valor al producto nacional?

– No hay mejor mercado para la tapa y la colita de cuadril que Brasil. Con Europa también estás en el techo para el rump & loin. Pero hoy son mercados que tienen cerrados sus principales puntos de ventas a raíz de la pandemia y no están comprando mucho. En la medida que la sanidad se normalice, el interés por carne también lo hará. Israel compra en Paraguay al mismo precio que en Brasil, mientras en Argentina y Uruguay paga un poco más, pero tiene un flete más barato. Tenemos buenos precios y mercados. De los que no tenemos, se reclama por China pero estamos bastante alejados de ese destino.

– Los datos del stock bovino del país marcan una caída de los novillos y una fortaleza en los toros, un problema, considerado por varios actores, para un país exportador de carne, ¿qué plazos se marca la industria para empezar a diferenciar con precios esas categorías y cambiar la tendencia?

– Chile mismo castiga con los precios. A la Argentina y a Uruguay compra a US$ 500 más caro por eso motivo. En la carne siempre nos comparamos y tomamos como ejemplo a Uruguay porque es un país pequeño y queremos los precios a los que ellos venden, pero la verdad es que no tenemos el mismo producto. Y nos comparamos mucho. Por ejemplo: ellos tienen una raza definida, europea al cien por ciento, y acá hay un abanico de razas. Todos sus animales son trazados, castran el cien por ciento de los machos y exportan novillos. En Paraguay vendemos novillos y toros. Cada uno de esas diferencias hace que nuestra carne disminuya su cotización, y el mercado uruguayo tiene todo eso que el consumidor está demandando. Por tanto, en un buen día, como se exige a la industria que tenga sus básculas, la producción debe ordenarse, hacer trazabilidad y empezar a castrar los animales para subir el estándar de nuestra carne y poder compararnos con Uruguay.

– Para iniciar ese orden y a modo de estímulo, ¿la industria no debería diferenciar el valor del novillo con el toro?

– No es sencillo, porque al vender la carne, vendemos carne de novillo, pero es de novillo y toro. Ningún mercado del mundo compra carne de toro como premium. Entonces, dice carne de novillos y van toros, y en la guía que se hace para llevar los animales a las plantas también dice toros. Es difícil convencer a los compradores, ellos saben cuál es la carne de Paraguay y te castigan con el valor. Hoy estamos en más toros que novillos o iguales, y por tanto no tenemos la cantidad de novillos suficientes para comprometernos con los mercados y enviarles un embarque de novillos; es muy difícil, porque si fuera 80% novillos y 20% toros si lo podemos hacer y marcamos la diferencia de precios. Pero como no tenemos ese volumen no nos podemos arriesgar, porque va a costar mucho completar el contenedor.

– ¿Es ahí un punto para valorizar el producto en los mercados?

– Claro que sí, no es simpático para el cliente comprar novillos y que te envíen toros, siendo que el toro es un carne inferior en cualquier parte del mundo.

– Hace pocas semanas los candidatos a la Presidencia de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) manifestaron la necesidad de dejar las peleas y empezar a trabajar en conjunto con la industria por el bien de la ganadería. ¿Están dispuestos a trabajar en el Instituto de la Carne con la nueva ARP?

– Seguro que sí, pero tenemos nuestras condiciones. Queremos hacer un Instituto con la ARP y sin la participación del Estado, pero trabajando en conjunto con Senacsa. El Estado no tiene porqué intervenir cuando los privados ponen el dinero. El público debería estar siempre que se lo necesita, aunque casi nunca hay problemas. Las principales dificultades a nivel internacional son de precios y de calidad, y nadie del Estado lo puede resolver. El Instituto de la Carne debe ser de origen privado.

– Entonces, y considerando que los candidatos a presidir la ARP tienen la misma visión que la Cámara de la Carne, ¿van a esperar que se definan las elecciones para actuar en conjunto?

– Tenemos que esperar las elecciones, la otra ARP ya no existe porque terminó su periodo y tampoco podemos avanzar porque no es una creación fácil ni rápida. Si la nueva ARP tiene la misma visión, nosotros vamos a avanzar en la formación del Instituto Paraguayo de la Carne. Pero repito: tiene que ser un Instituto privado.

Fuente: Valor Agro.