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Serrati: “La industria está operando como amenaza para la ganadería nacional”

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Serrati: “La industria está operando como amenaza para la ganadería nacional”

El presidente de la Appec entiende que “las perspectivas para el negocio ganadero no son buenas”, dado que “la cadena ganadera se rompió porque el productor sabe que el industrial no está pagando lo que tiene que pagar”. Serrati considera que “el productor necesita vender su ganado a no menos de US$ 3 por kilo al gancho”, mientras tanto “irá desapareciendo la ganadería intensiva y quedando los productores con un sistema del siglo XX”. ¿Soluciones? “Una industria que entienda que se trata de un negocio de a dos”, sino pensar en “la exportación de ganado en pie o en la intervención del organismo paraguayo que regula la competencia”.

Entrevista a Fernando Serrati, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec):

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– ¿Qué perspectivas tiene para el negocio ganadero en 2020?

– No son buenas, porque la coyuntura que ha hecho que los años 2018 y 2019 sean malos en precios para los ganaderos todavía sigue, no se ha modificado en nada. Y nos hace pensar que la capacidad de faena de los frigoríficos del entorno del 60 a 65% va a seguir, y mientras continúe una faena baja no habrá competencia por precios. Entonces, las perspectivas no las vemos bien, salvo que cambie algo.  

– ¿Qué tiene que pasar para que cambie?

– Lo más próximo son dos alternativas: la primera, que se logre la habilitación para exportar ganado en pie para faena, debería ser a un destino del Mercosur. O lo segundo, que el organismo que regula la competencia en Paraguay actúe y ponga condiciones de juego donde existe la libre oferta y demanda. Se necesita que haya competencia por la mercadería. 

– ¿Considera que la industria frigorífica tiene una posición que está afectando el precio de la hacienda?

– Claramente. Desde que sucedió la fusión (de JBS a Athena Foods) en julio de 2017, en Paraguay los precios del ganado han caído. Los valores internacionales se recuperan y seguimos con precios bajos, y ahora, todavía, insinúan que van a bajar de nuevo. Hoy tenemos precios que no permiten desarrollar una ganadería de punta en Paraguay. 

– En 2019 bajó el precio de la hacienda frente a 2018, el país exportó menos carne y a un precio inferior, mientras el resto de los países del Mercosur experimentaron todo lo contrario. ¿Cómo se explica eso, resulta un tema de mercados internacionales donde el gobierno debe asumir responsabilidad y abrir aún más la cancha?

– Obviamente que tiene que ver con los mercados mundiales. Eso demuestra por qué Paraguay decrece y el resto de los países crecen en su exportación. Es por los mercados y en especial China, el principal comprador internacional de carnes, y no tenemos a ese país en nuestra cartera de mercados. Somos dependientes de Chile y Rusia. Chile es un excelente mercado, pero Rusia lo fue, el país  ha comenzado a disminuir el consumo de carne y el precio de exportación se redujo. Estamos en un problema de falta de mercados, un problema serio. Paraguay está fuera de China, Estados Unidos y Japón, mercados importantísimos en el comercio global de carnes. Es más que claro que el foco se debe poner en Asia, poniendo en primera ubicación a China. 

– ¿El gobierno está equivocando su trabajo de inserción internacional?

– Sí, sostenemos firmemente que China es el lugar, al igual que todo Asia. Hay que entrar a China, se entiende que la coyuntura actual se va a superar. China tiene un problema serio con el consumo de carne, no tiene forma de abastecerse y va a necesitar cada vez más proteína. Mientras tanto, nosotros estamos mirando de afuera la fiesta. Nos autoeliminamos, y es un gran error, porque si te elimina el comprador es una cosa, pero acá no hay ninguna restricción más que la nuestra. 

– ¿Puede cambiar la posición la posición política en un corto plazo?

– Tiene que cambiar. Paraguay tiene a la agricultura y la ganadería como los principales rubros de fuentes de ingreso, si la carne está restringida a los mayores mercados, debe cambiar. 

– Qué puede suceder con el ganadero, porque la situación actual de precios y mercados impacta directamente en el ánimo del productor… 

– Pensamos que lo que realmente está en problemas es la ganadería intensiva. El productor que invirtió en mejorar la alimentación, en fertilizar sus pasturas, que transformó sus campos para hacer alimentos, y mejoró su genética para tener invernada más joven, es quien ha perdido, porque ha levantado sus costos de producción. Pero quien no lo hizo, el ganadero que está en una ganadería del siglo XX, ese productor puede estar zafando de la coyuntura. Entonces la ganadería intensiva, eficiente y de tecnología no tiene lugar en Paraguay. 

– ¿Habrá un cambio en los establecimientos en los sistemas de producción?

– El criador, que es el productor primario, tiene un 20 o 25% menos de precio por su ternero, además de un menor precio por esa vaca que descarta, la engorda y la vende. Entonces, también ese criador está sufriendo una rentabilidad negativa. Los que van a sobrevivir son quienes hacen ciclo completo y se quedaron en una ganadería no intensiva con algunos toques de suplementación. Ahora la pregunta es, qué tantos ganaderos manejan el stock ganadero en esas condiciones, creo que el hato nacional va a bajar. En 2020 va a crecer en unas 200.000 cabezas, y a partir de ahí, de seguir la coyuntura, lo lógico es que empiece a caer. Conozco mucha gente que está cambiando su enfoque productivo.

– Anteriormente mencionó a la exportación de ganado en pie como una alternativa para los productores, ¿cómo avanza la habilitación de los mercados?

– Hicimos un estudio de los certificados de tránsito. Directamente para faena se sacaron 2.195.368 cabezas y para las ferias de consumo 164.756 animales más. Entonces, si marcamos 2.590.000, están sobrando 230.000 reses. Quiere decir que no se absorbe lo que producimos. El camino es exportar ganado en pie o que el organismo que regula la competencia intervenga y obligue a la industria a procesar más ganado, o se deshagan de plantas y vengan otras empresas a producir.  Eso va a terminar sucediendo en algún momento de la historia del país. 

– ¿Y qué sucede con el avance de las negociaciones?

– El avance está parado, no por cuestiones técnicas, sino políticas. Hemos investigado y hablado. La próxima semana vamos a tocar de nuevo el tema de exportación de ganado en pie para faena y de reproducción y recría para Turquía con el Presidente del Senacsa. 

– ¿Se está cerca de Turquía?

– Turquía depende de una visita a Paraguay del servicio sanitario de ese país. Estamos pendiente de eso para evaluar alguna posibilidad de negocio. 

– ¿La exportación de ganado en pie es la mejor solución para la ganadería?

– Y qué más podemos hacer. No tenemos otra forma de pelar lo nuestro. No podemos amenazar a un industrial y decirle: ‘tiene que ver el negocio de otra manera, tiene que ser parte del negocio y no la contraparte’. Acá se rompió la cadena, porque el productor sabe que el industrial no está pagando lo que tiene que pagar. Pudiendo pagar más está haciendo un margen de dinero que para la empresa sirve de mucho, pero afecta a la cadena. No se está dando cuenta que va a terminar afectando a la ganadería. 

Como consecuencia, la industria también se está afectando… 

– Obviamente. Todos nuestros pronósticos de hace diez años decían que en 2030 iba a faltar carne, y ya está faltando. Hoy China lleva mucho y no hay carne para abastecer al mundo. Nosotros en lugar de trabajar para levantar el hato, aumentar el peso y bajar la edad de faena de los animales, procesar al 90% de la capacidad industrial y sumar más frigoríficos; hacemos todo lo contrario, estamos destruyendo la cadena del rubro estrella del Paraguay. Se mira el momento y no a futuro. 

– ¿Qué piensa de la creación del Instituto de la carne?

– Todo lo que podamos hacer, como el instituto de la carne, mejorar la tipificación, lograr una definición más clara de la trazabilidad o reglamentar el dressing, significa inversión y se puede hacer si la contraparte accede a entender que es un negocio de a dos. Si la contraparte no entiende eso y cree que es un negocio para uno, el resto va a ser imposible que se haga. No va a salir nada. La industria está operando como amenaza para la ganadería. Desconoce la realidad. 

– ¿Qué precio necesita el productor?

– Si queremos hacer una ganadería de punta, tecnificada, con terminación de primera, con grasa blanca, pensar en ese novillo que todo el mundo quiere, no podemos vender a menos de US$ 3 el kilo al gancho. Eso es categórico.

Fuente: El Agro | Foto: El Agro.