Para este año, el reajuste del Índice de Precios al Consumidor había sido del 3,5%.

El cálculo del impuesto inmobiliario con vigencia en el año 2016 será sobre el 3,25% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que se sumará a los indicadores actualizados de los valores fiscales.

“Según el informe del Banco Central del Paraguay (BCP), la tasa de variación acumulada del IPC es de 3,25%. Estamos trabajando en la reglamentación de la Ley que actualiza los valores fiscales que debe ser terminado antes del 31 de diciembre, debido a que para elevar el valor conforme a la ley, primero hay que actualizarlo”, explicó el director del Servicio Nacional de Catastro (SNC), Francisco Ruiz Díaz.

La valoración de los inmuebles, según la normativa de reforma del impuesto inmobiliario, recientemente promulgada por el Poder Ejecutivo, será ajustada anualmente, según la variación que sufra el Índice de Precios al Consumidor en el período de los 12 meses anteriores al 1 de noviembre de cada año civil que transcurre de acuerdo con lo establecido por la banca matriz.

CADA 5 AÑOS

En la Ley se agrega que el Poder Ejecutivo podrá revisar cada cinco años los índices de actualización que resulten del comportamiento de la variación del valor de los inmuebles y reajustarlos por decreto. Contempla además, que para los inmuebles urbanos, el SNC deberá determinar por separado el valor de la tierra y de las construcciones. La suma de ambos valores constituirá el valor fiscal de los inmuebles siendo la unidad mínima de cálculo, por metro cuadrado.

Mientras que para los inmuebles rurales se determinará teniendo en cuenta su ubicación en zonas que serán definidas, de acuerdo con la aptitud agrológica natural de los suelos y/o su costo de oportunidad. La unidad mínima de cálculo será por hectárea.

El impuesto inmobiliario vigente abarca las tierras urbanas así como rurales y grava una tasa básica de 1% sobre el valor fiscal de la propiedad.

ZONIFICACIÓN

La nueva técnica de evaluación denominada “Zonificación Aptitud Agrológica Natural de los Suelos”, basada en la taxonomía de suelo, sirvió de base para agrupar los distritos y así zonificar el país en cuatro regiones homogéneas divididas por su potencial agronómico, que va desde tierra agrícola (al cual se le asigna el valor fiscal más elevado), le siguen el campo alto agropecuario y la tierra agrosilvopastoril y finalmente el campo bajo agropecuario que tributa el mínimo.