La Fundación Ideagro presentó los resultados de la campaña 2025/2026 de la Red de Ensayos de Evaluación (REEI), que abarcó pruebas de rendimiento en híbridos de maíz y variedades de soja en el Chaco Central paraguayo. Los datos confirmaron una tendencia cada vez más evidente: el ambiente local influye más en la productividad de los cultivos que la genética del material sembrado.
En el caso del maíz, se evaluaron 18 híbridos comerciales en nueve localidades (entre ellas Neuland, Campo’í, Calé y El Cambisol), bajo un diseño experimental con manejo agronómico uniforme. El análisis mostró que el 41,5% de la variación en los rendimientos se explicó por las condiciones ambientales, mientras que el material genético representó un 19,5% y la interacción entre ambos factores, un 19,1%.
A pesar de la diversidad de zonas evaluadas, los investigadores identificaron un macroambiente común, lo que indica que el maíz respondió de forma similar en gran parte del Chaco Central. El híbrido P 40537 PWU se posicionó como el más productivo, con un promedio de 6.248 kg/ha, seguido por NS 71 VIP3 (5.672 kg/ha) y NS 44 VIP3 (5.443 kg/ha).
El comportamiento de la soja reflejó una dependencia aún mayor de las condiciones agroecológicas. En los ensayos, que también se llevaron a cabo en nueve localidades, se probaron 16 variedades comerciales. El análisis reveló que el ambiente explicó el 72,8% de la variación en los rendimientos, mientras que la genética apenas representó un 4,8%, y la interacción entre ambos factores un 9,9%.
Neuland fue la zona de mejor desempeño, con un rendimiento promedio de 3.507 kg/ha, seguido por Calé (3.242 kg/ha). En el extremo opuesto, El Cambisol mostró los resultados más bajos con apenas 1.086 kg/ha.
La variedad más destacada fue NS 6433 I2X, con un rendimiento medio de 2.626 kg/ha, mientras que AV MAMBA RR1 cerró la lista con 1.831 kg/ha.
Tanto en maíz como en soja, los resultados refuerzan un mensaje claro: para alcanzar buenos niveles de productividad, es tan importante conocer las condiciones del entorno como elegir un buen material genético. En un contexto de alta variabilidad climática y suelos de calidad desigual, como el que enfrenta el productor chaqueño, esta información técnica se vuelve clave para tomar decisiones más acertadas y sostenibles.