Tras las visiones más críticas y alarmantes que en los últimos días se difundieron en Paraguay y en la región sobre la situación del arroz, la Federación Paraguaya de Productores de Arroz (Feparroz) tomó la palabra para aportar una mirada más cautelosa sobre el momento que enfrenta el negocio.
Ignacio Heisecke, presidente de Feparroz y vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Industriales de Arroz (Caparroz), explicó en Valor Agregado que la caída de precios es fuerte, pero no necesariamente estructural.
A su entender, se trata de un ajuste natural dentro del ciclo histórico del arroz, donde los extraordinarios valores de los últimos años generaron una expansión productiva que ahora encuentra su punto de equilibrio.
Heisecke reconoció que la caída de precios es significativa, pero insistió en que debe analizarse dentro de la naturaleza cíclica del mercado. “Hace diez meses estábamos en unos precios récord, 380 dólares la tonelada, incluso 400. Y en pocos meses esto se desplomó”, expresó.
Sin embargo, subrayó que ese desplome no es una anomalía, sino un retorno a los valores históricos del negocio. “Si uno mira el precio de hoy, realmente lo que hizo el mercado fue asincerarse. Las cotizaciones del arroz siempre fueron 210, 220 dólares la tonelada. Eso es lo normal”.
El dirigente explicó que cada cierto tiempo el arroz experimenta picos extraordinarios que elevan las cotizaciones durante un período limitado. “Ocurre cada diez años. Alguna guerra, algún evento climático, algo dispara el precio y sube de 220 a 350. Pero normalmente ese efecto dura un año y luego vuelve a bajar”. Esta vez, sin embargo, la excepcionalidad se prolongó: “Lo raro fue que en estos últimos años ese precio alto duró tres años, algo anormal”.
Ese período prolongado de valores altos incentivó, según Heisecke, a muchos especuladores y nuevos productores a entrar al negocio, saturando la oferta global.

Ignacio Heisecke, presidente de Feparroz y vicepresidente de Caparroz.
El superstock global se normalizará en 2025 y podría devolver estabilidad al mercado
Ignacio coincidió con Alfredo Lago en que el stock mundial se ubica hoy en torno al 40% del consumo anual, muy por encima del umbral bajista. Pero aportó una mirada más optimista en cuanto al horizonte de normalización.
“Hay un superstock, sí, pero esto se va a volver a poner en su lugar seguramente al segundo semestre del año que viene”, aseguró.
Explicó que esta zafra regional ya está marcada por una reducción del 20 a 25% del área sembrada, lo que permitirá empezar a drenar el excedente. “Cuando el carry over que sobró de esta zafra se junte con una producción menor, los stocks volverán a niveles normales. Y ahí la cotización volvería al histórico”.
Para el dirigente, la clave es leer el momento con equilibrio: “Es una situación que hay que tomar con pinzas, pero no es algo que los productores no conozcamos. Los que más van a sufrir son los especuladores que entraron buscando 300 dólares y hoy se encuentran con un precio que no estaba en su flujo”.
Una crisis sensible, pero Paraguay mantiene una ventaja competitiva clara
Ignacio evitó dramatizar y defendió la capacidad de Paraguay para enfrentar esta coyuntura gracias a su estructura de costos. “Paraguay tiene una ventaja: mantenemos una competitividad mejor que la de Argentina, Uruguay y Brasil”, explicó.
Según Feparroz, los costos por hectárea en Paraguay oscilan entre 1.500 y 1.600 dólares, mientras que en los países vecinos se ubican entre 2.800 y 3.000 dólares.

“Eso nos permite estar mejor posicionados. En esta malaria, Paraguay tiene un futuro interesante”, afirmó. No obstante, reconoció que el país también carga sus dificultades particulares, como la logística fluvial por ser mediterráneo. Aun así, insistió en que el diferencial de costos protege al productor nacional ante momentos de precios deprimidos.
La prueba de ese atractivo es la llegada consistente de inversores extranjeros. “Mirá la cantidad de productores brasileños y uruguayos que están viniendo a Paraguay. Están viniendo porque saben que somos un país que mantiene estos costos. El futuro del arroz regional como producción está en Paraguay”.
Un semestre difícil por delante, pero con un horizonte más equilibrado
Heisecke no desconoce la complejidad del momento: los precios bajos, la sobreoferta y la caída de la demanda externa son desafíos reales. Pero mantiene que el problema es principalmente de corto plazo. “Tenemos un semestre difícil enfrente, claro que sí. Pero cuando estos stocks se vuelvan a estacionar, vamos a tener una situación que nos permitirá seguir dentro del juego”.
Comparó lo que ocurre con otros sectores productivos paraguayos: “Esto pasó con la ganadería, con la soja, con el maíz. Todo hombre que trabaja en producción agrícola o ganadera tiene estos altibajos. No es algo desconocido”.
