La producción de maíz en Paraguay deberá duplicarse en los próximos tres años para alcanzar las 10 millones de toneladas. Esta necesidad responde a una mayor demanda interna impulsada principalmente por el crecimiento de la industria de etanol y el aumento sostenido de la producción de aves y cerdos en el país.
Sonia Tomassone, asesora de comercio exterior de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), señaló a valor Agro que la producción promedio de los últimos años, que ronda entre 5 y 5,5 millones de toneladas, ya no podría suplir todo este crecimiento interno sumado a la demanda internacional. “Necesitamos duplicar la producción”, indicó.
“Hay nuevas plantas de producción de etanol que han entrado en funcionamiento y eso va a duplicar la demanda de maíz a nivel interno”, explicó.
La asesora destacó que el sector está apostando fuerte no solo a la producción de alimentos, sino también a su industrialización, como una estrategia para agregar valor y fortalecer la economía agroindustrial del país.
A esto se suma el crecimiento sostenido de la producción de pollos y cerdos, lo que también está generando una presión creciente sobre la demanda interna de maíz, utilizado como alimento balanceado.
“La producción de pollos y cerdos está aumentando, va a demandar mayor consumo de maíz. Así que realmente estamos trabajando tanto en la provisión de alimentos para la población, pero también en la industrialización de estos alimentos”, sostuvo.
Soja. Tomassone también se refirió al panorama de la soja, con expectativas alentadoras para la campaña actual.
Aunque no se alcanzó el récord de hace dos años, cuando se superaron los 11 millones de toneladas, la zafra pasada cerró con más de 9,5 millones, y la proyección para esta campaña es superar las 10 millones de toneladas.
“Estamos muy expectantes de la nueva zafra, con esta buena humedad del suelo y con este clima que salió el sol. Todos estos días va a haber siembra a full en todas partes del país”, apuntó.
Asimismo, estimó que la superficie sembrada entre zafra y zafriña de soja rondará los 3,5 millones de hectáreas, con muy buenos rindes esperados, gracias al trabajo conjunto de toda la cadena agrícola.
“Los productores están poniendo su parte, toda la cadena está trabajando junta para enfrentar los desafíos”, finalizó.