La preocupación por el negocio del arroz trasciende las fronteras paraguayas. Tras el impacto que generó el diagnóstico de un productor nacional sobre la situación local, la visión regional confirma que el sector atraviesa uno de sus ciclos más adversos en décadas.
El productor arrocero y expresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz del Uruguay, Alfredo Lago, aportó a Valor Agro una lectura profunda sobre el escenario internacional, los efectos en el Mercosur y el riesgo creciente para los productores que necesitan refinanciamiento.
Un mercado global saturado: demanda estable, pero producción en aumento
Para Lago, el primer elemento para entender la situación es el comportamiento estructural del mercado mundial. “El negocio arrocero responde a ciclos”, explicó y agregó: “Hay momentos de producción muy buena que generan mayores ofertas, y otros donde ocurre lo contrario. Pero en general, la demanda global es muy estable: estamos hablando de 540, 550 millones de toneladas de consumo anual”.
La estabilidad del consumo contrasta con la capacidad de crecimiento productivo observada en los últimos años, impulsada por el avance tecnológico y condiciones climáticas favorables en las principales regiones arroceras del mundo. “La producción ha tenido capacidad de crecimiento y eso genera stocks”, señaló.
Según el expresidente de los arroceros uruguayos, el stock mundial hoy equivale casi al 40% del consumo anual, un nivel significativamente por encima del umbral bajista: “Cada vez que se supera el 30% ya es un factor que empuja los precios hacia abajo, y hoy estamos diez puntos por arriba”.
India reabre exportaciones y acelera la caída de precios
El otro elemento decisivo es la influencia de India, el mayor productor y exportador de arroz del mundo. “India es el gran actor del mercado”, dijo Lago. “Responde a 150 millones de toneladas de producción y hoy exporta entre 20 y 22 millones. Cuando ellos se mueven, mueven todo”.
India había restringido exportaciones por temor a problemas de seguridad alimentaria interna, lo que disparó los precios globales hace dos años. Pero al comprobar que el abastecimiento doméstico estaba garantizado, decidió abrir nuevamente sus ventas al mundo. Ese giro tuvo un doble impacto: primero, aumentó la oferta disponible; segundo, obligó a India a recuperar sus clientes con rebajas agresivas de precios.
“Filipinas, el principal importador mundial, estaba molesto con la India por el cierre anterior”, recordó Lago. “Entonces India bajó aún más sus precios para retomar esos mercados. Es una carrera a la baja que se suma a una oferta global ya muy grande”.

Alfredo Lago, expresidente de la Asociación Paraguaya de Cultivadores de Arroz.El resultado es un mercado profundamente deprimido, con valores que no permiten cubrir costos en varios países productores.
Uruguay: alta productividad, pero costos elevados y márgenes en rojo
A pesar del reconocimiento internacional por la calidad de su arroz y por alcanzar niveles productivos excepcionales, “estamos en torno a las 10 toneladas por hectárea”, mencionó Lago; Uruguay enfrenta dificultades particularmente severas debido a sus altos costos estructurales.
“Somos muy buenos produciendo, pero tenemos un país muy caro”, afirmó. “Todo lo que hacemos por tierra dentro lo hacemos bien, pero los costos son altos y hoy el precio no acompaña. No hay cómo cubrir la necesidad de ingresos para enfrentar esos gastos”.
Lago reconoce que las condiciones estructurales de Paraguay son más favorables: “Paraguay tiene un colchón mejor en competitividad genuina que Uruguay y los otros países”. Sin embargo, advierte que la crisis de precios supera cualquier ventaja relativa.
“Ni la eficiencia productiva, ni el acceso al puerto, ni la reputación internacional compensan la caída brusca del mercado”, sostuvo.
Brasil: precios hundidos y arrastre negativo para la región
El productor uruguayo también apuntó al rol de Brasil, un mercado clave para Paraguay. “Brasil es el país que más perdió valor en los últimos meses”, afirmó. Las zafras recientes, abundantes y de buena calidad, generaron saldos que hoy deben colocarse en un mercado saturado y presionado por el arroz barato de India.

Producción de arroz en Paraguay. Foto ABC
Ese contexto golpea directamente a Paraguay, que envía un volumen significativo de su producción hacia el mercado brasileño. “Los saldos que le quedan a Paraguay y que los tiene que vender en Brasil hoy se encuentran con precios que nadie esperaba cuando sembró hace un año”, dijo.
Una zafra que puede cosechar pérdidas
Aunque los cultivos están avanzando bien y el clima en la región permitió establecer la siembra sin contratiempos, el panorama económico para 2025 es sombrío. “Esta zafra ya está prácticamente sembrada”, indicó Lago. “Y lamentablemente puede ser una cosecha que no permita cubrir los costos”.
La situación es especialmente crítica para los productores con deudas o necesidad de refinanciamiento. “Esto genera más endeudamiento. En países que no tienen protección a sus productores, el golpe es fuerte”, señaló. “Competimos con países donde, cuando cae el precio, el gobierno termina pagando esa diferencia al productor”.
Lago fue contundente respecto al caso paraguayo: “Entiendo que Paraguay tampoco tiene mecanismos de protección, más allá de su competitividad estructural. Y eso deja muy expuesto al productor”.
Un ciclo adverso que difícilmente cambie en el corto plazo
El productor uruguayo coincide con la visión que días atrás expuso Christian Heisecke para Paraguay: el ciclo adverso no terminó. “Soy peor de pesimista que Christian”, confesó Lago. “Veo que esta cosecha será a pérdida. Y si los monzones en Asia siguen con la regularidad que están teniendo, con buenas lluvias, la situación no va a revertirse”.
El riesgo es que, sin precios que acompañen y sin herramientas financieras adecuadas, varios productores del Mercosur —incluidos los paraguayos— queden sin capacidad de sostener sus operaciones en el mediano plazo.
