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Dejar de vacunar no puede ser un salto al vacío

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Dejar de vacunar no puede ser un salto al vacío

Por Bruno Wasmosy | Director de Goya SA y Vicepresidente de Nelore Paraguay

Paraguay lleva más de una década libre de fiebre aftosa. Este logro no es casualidad: es el resultado del esfuerzo conjunto entre el sector público y privado, de nuestros productores, de Senacsa y de la industria. Como sector privado y como Nación, hemos cumplido con los requisitos sanitarios que el mundo exige, demostrando capacidad, responsabilidad y seriedad.

Sin embargo, hoy el desafío va más allá de lo técnico. Debemos pensar en el país como un todo. Nuestras fronteras siguen siendo vulnerables, nuestra infraestructura vial y sanitaria aún tiene limitaciones y los controles no alcanzan de manera uniforme a todo el territorio. (Hay muestreos que suelen repetirse en los mismos puntos más de una vez, reduciendo la cobertura ideal. Estas son debilidades que no podemos ignorar).

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A pesar de ello, Paraguay ya conquistó mercados de primer nivel sin dejar de vacunar. Ningún comprador nos exige abandonar la vacunación. Al contrario, hemos demostrado que somos competitivos y muy confiables con el modelo actual.

Nuestros vecinos marcan caminos distintos: Brasil y Bolivia decidieron suspender la vacunación, pero lo prudente es observar los resultados durante al menos unos años más, antes de tomar esa ruta. Uruguay, en cambio, continúa vacunando, exporta a los mejores mercados y lo hace gracias a un sistema de trazabilidad sólido.

Paraguay acaba de dar un paso fundamental con el SIAP: ahora debemos hacerlo funcionar con excelencia y convertirlo en nuestro sello de confianza.

Dejar de vacunar no puede ser un salto al vacío. Tiene que ser una decisión estratégica, planificada y respaldada.

Debemos tener un plan serio, planificado en conjunto y con análisis de costos adecuados, y que lleve el tiempo que sea necesario, para poder lograr mínimamente estos puntos:

– Fortalecer el control en nuestras fronteras.
– Instalar barreras sanitarias por departamentos y municipios.
– Preparar protocolos de acción rápida, prácticos y eficaces.

El ejemplo más reciente lo vimos en Alemania en 2025: un solo caso fue contenido gracias a un plan sólido, y en apenas cuatro meses el municipio afectado volvió a comercializar. Esa es la diferencia entre improvisar y estar preparados.

Compatriotas, Paraguay está frente a una decisión histórica. Ya cumplimos con las normas internacionales, pero no debemos apresurarnos solo por cumplir. No es una carrera. Es un desafío estratégico para nuestra soberanía sanitaria, para nuestra competitividad y para el futuro de nuestros productores e industrias.

Tenemos el tiempo y la oportunidad de prepararnos mejor que nunca. De trabajar juntos, con responsabilidad, inteligencia y visión de futuro. De cuidar cada detalle, blindar nuestras fronteras, seguir modernizando nuestro sistema sanitario y garantizar que, si algún día enfrentamos un brote, podamos reaccionar con rapidez y firmeza.

Hoy debemos elegir el camino de la prudencia, la unidad y el trabajo bien hecho. Porque más que cumplir una exigencia, lo que queremos es construir un Paraguay más fuerte, más confiable y más respetado en el mundo.