El productor ganadero y dos veces campeón del Rally del Chaco, Martín María Masi, cerró el Congreso del CEA con una frase que quedó resonando entre los participantes: “La carne es el petróleo del Paraguay. Todo el mundo sabe producir carne; lo que necesitamos es unirnos, profesionalizarnos y apuntar a un mismo objetivo como país.”
Una definición que resume la mirada de un hombre que ha vivido la velocidad, el riesgo y el esfuerzo, tanto en los caminos del Chaco como en los potreros donde se forja la economía real.
Masi, hoy plenamente dedicado a la producción ganadera, destacó que la carne paraguaya representa mucho más que un producto de exportación: es una identidad nacional y una oportunidad de desarrollo.
“Tenemos clima, tenemos tierra, tenemos gente trabajadora. Y tenemos algo que vale más que el petróleo: la capacidad de producir proteína para alimentar al mundo”, expresó durante su charla en el marco del Congreso del CEA, dedicado este año a Pasturas y Forrajes.
Según el productor, Paraguay atraviesa un momento clave: “Estamos listos para dar el salto. La ganadería paraguaya tiene reconocimiento, genética, tecnología y compromiso. Solo falta un poco más de unión entre los actores de la cadena y una visión de país que apunte a un mismo destino”.
De la planificación del rally al manejo ganadero
En su intervención, Masi volvió a conectar dos mundos que parecen opuestos, pero que para él comparten la misma esencia: el rally y la ganadería.
“En el rally aprendí a planificar, a mirar más allá del capó, a anticiparme a los baches. En la ganadería es igual: si no planificás, perdés todo un año. La velocidad es otra, pero la emoción es la misma”, dijo entre sonrisas.
Esa visión de planificación, disciplina y compromiso es la que lo llevó a consolidar su establecimiento ganadero en el Chaco, donde priorizó la eficiencia hídrica, la genética de calidad y la previsión en el manejo forrajero.
“Duplicamos la inversión en agua porque sabíamos que en épocas críticas, eso iba a marcar la diferencia. En todos estos años, nunca tuvimos que sacar un animal por falta de agua. Eso es planificación”, relató.
El desafío del país ganadero
Masi insistió en que la carne paraguaya debe consolidarse como un símbolo de orgullo nacional y una fuente estratégica de ingresos y desarrollo.
“El rally mostró al mundo que Paraguay puede organizar un evento del más alto nivel. ¿Por qué no podemos lograr lo mismo con la carne? Tenemos la materia prima, el talento y el empuje. Falta un poco más de coordinación, de visión compartida.”
Y agregó con entusiasmo: “El mundo necesita proteína. Paraguay puede ser una potencia si mantenemos esta línea de producción responsable, sostenible y con valor agregado. Hay que aprovechar este viento de cola: clima favorable, buenos precios y demanda firme.”
Una visión que inspira
Su mensaje final fue claro y esperanzador: “Tenemos que producir más, pero también mejor. Y hacerlo con orgullo, porque cada kilo de carne paraguaya lleva el esfuerzo de miles de familias. Esa es nuestra riqueza verdadera. Ese es nuestro petróleo.”
Con esa convicción, Martín Masi no solo cerró el Congreso del CEA, sino que encendió una reflexión colectiva sobre el valor de lo que el Paraguay hace mejor: transformar pasto en proteína, trabajo en futuro y pasión en desarrollo.
