En un análisis sobre el 2024 la gerente general de la Cámara Paraguaya de Oleaginosas y Cereales (Cappro), Sandra Noguera mencionó la industria aceitera nacional se enfrentó a una situación crítica en 2024, marcada por una drástica reducción en la molienda y el cierre anticipado de plantas hechos que se advirtieron desde principios del año. De cara al 2025, Noguera abogó por la implementación de medidas urgentes que permitan reactivar la industria y aprovechar plenamente el potencial del país.
En ese sentido, la gerente general de la mencionó a Valor Agro que los datos parciales, al cierre de octubre último indican que el volumen de procesamiento de soja fue el más bajo que se haya registrado para el décimo mes en los años que no hubo problemas de disminución de la cosecha y desde que se incrementó la capacidad instalada de la industria nacional, a principios de la década pasada”, contó.
Según Noguera, entre los mayores desafíos para el gremio es encontrar mecanismos que permitan a la industria aceitera local aprovechar su capacidad instalada y recuperar la competitividad que se ha ido erosionando sistemáticamente en estos últimos años. Eso, porque la situación se está volviendo cada vez más crítica, se van profundizando las condiciones de competitividad negativas que compromete la subsistencia de las industrias aceiteras nacionales que apostaron por el país.
También se refirió a la conclusión de las negociaciones del Acuerdo Mercosur- UE, señaló que celebran como un muy importante avance la firma del acuerdo UE-Mercosur, que podrá llevar a la apertura o el mejoramiento de las condiciones para la exportación de los productos agroindustriales desde el país.
“Esperamos que esta determinación permita llevar finalmente a lograr una mayor interacción comercial entre ambos bloques y así aprovechar todo el potencial de nuestro sector, porque la Unión Europea es un comprador importante de productos que procesan las empresas que componente la industria aceitera del país”, apuntó.
Perspectivas. Sobre el 2025 indicó que más que perspectivas lo que tienen es la esperanza de que, primeramente, podan tener una buena campaña, y que las condiciones de competitividad para la industria aceitera puedan ser mejores a las que se vienen arrastrando en los últimos años y que se reflejan en el gran nivel de ociosidad que experimentaron nuestras agroindustrias.
“Para concretar esta expectativa para el año que viene, desde la Cappro señalamos que es urgente implementar políticas que equilibren la competencia de las industrias locales con las fábricas del extranjero, comenzando con un tratamiento fiscal equitativo (ya que son las únicas industrias que no tienen derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados) para ir luego a otras medidas que devuelvan competitividad al sector y le permiten al país aprovechar el potencial que tiene el país”, detalló.
Y agregó: “Consolidando la industria aceitera para que esta pueda proveer la proteína vegetal que permita aumentar nuestra producción de ganado menor, así como las grasas vegetales que se conviertan tanto en alimento como energía de calidad y sostenibles para el mundo”.
Finalmente, también esperan una muy buena zafra soja para el 2025, condición necesaria para la industria, pero además es imperioso que el estado reaccione con políticas activas y contundentes para reactivar industrias tan importantes como la aceitera. Caso contrario, el mayor o menor éxito dependerá de las políticas de otros países que compiten con nuestras plantas instaladas en el país.