El organismo ambiental de Brasil, Ibama, abrió una investigación contra 12 plantas de faena bovina —incluidas dos de la multinacional JBS SA— por presuntas compras de ganado proveniente de áreas deforestadas ilegalmente en la Amazonia, según documentos a los que accedió Reuters.
La medida marca un nuevo capítulo en la presión internacional sobre la cadena cárnica brasileña, cada vez más cuestionada por su relación con la deforestación, uno de los principales motores del cambio climático.
Empresas señaladas
De acuerdo con el documento, además de JBS, figuran los frigoríficos Frigol y Mercurio.
– JBS respondió que aún no tuvo acceso al informe oficial y que necesita revisar los hallazgos antes de pronunciarse.
– Frigol rechazó la acusación y aseguró que se trató de un “error de Ibama”, negando haber adquirido ganado de la estancia señalada.
– Mercurio, por su parte, a través de su presidente Lincoln Bueno, afirmó que trabajan con una empresa externa que monitorea el origen de los animales y que no operan con propiedades con irregularidades ambientales o laborales.
El esquema bajo sospecha
Según Ibama, los frigoríficos investigados estarían “adquiriendo ganado sospechoso, triangulado con estancias ‘limpias’, para disfrazar su origen ilegal”. En otras palabras, se utilizarían intermediarios para blanquear animales criados en áreas deforestadas, antes de enviarlos a los mataderos.
Multas y sanciones
El organismo ya aplicó sanciones a seis plantas (no identificadas en el documento) por la compra directa de 8.172 cabezas de ganado en áreas embargadas, con multas que ascienden a R$ 4 millones (unos US$ 740.000).
El trasfondo
El caso reaviva el debate sobre la responsabilidad de la industria cárnica en la preservación de la Amazonia y la eficacia de los sistemas de trazabilidad. Brasil, primer exportador mundial de carne bovina, enfrenta una creciente presión de consumidores, ONG y mercados internacionales que exigen garantías ambientales más estrictas para acceder a sus productos.