Además de su rol como uno de los principales confinamientos de Paraguay, Ypoti viene consolidando un modelo que gana cada vez más adeptos: la hotelería bovina. Bajo esta modalidad, los productores entregan sus animales al feedlot y la empresa se encarga de todo el proceso de terminación hasta la venta al frigorífico.
“La demanda crece año tras año. Hoy prácticamente todos los clientes salen con resultados muy interesantes, no solo zootécnicos sino también financieros, acompañados por el firme precio de la carne”, destacó Mauricio Moller, propietario de Ypoti.
Cómo funciona la hotelería bovina
El sistema opera mediante contratos donde los animales permanecen a nombre del productor, quien asume el flete inicial. A partir de allí, Ypoti gestiona la alimentación, el seguimiento y la comercialización. “El cliente aprovecha nuestro volumen de negociación con frigoríficos y recibe semanalmente videos, consumos e informes detallados de la evolución de sus animales. Apostamos a un servicio de calidad y a la transparencia en la información”, explicó Moller.
El modelo permite transformar maíz en carne de manera más eficiente, reducir tiempos de terminación —con animales listos en 20 a 21 meses— y acceder a bonificaciones por calidad. “Con mercados internacionales cada vez más exigentes, el confinamiento se vuelve una herramienta estratégica para ganar competitividad y valor agregado”, subrayó.
Expansión y futuro
El éxito de la propuesta llevó a Ypoti a ampliar su capacidad estática. Este año sumará cinco nuevas líneas de corrales para 8.000 animales, alcanzando una capacidad estática de 25.600 cabezas.
“Creemos mucho en este modelo. Invertimos para poder atender a más clientes y porque vemos un futuro increíble para la hotelería bovina en Paraguay. El productor gana en seguridad, nosotros ampliamos el negocio y el país transforma su maíz en carne de calidad”, remarcó Moller.
Una tendencia en crecimiento
El sistema de hotelería bovina no solo se consolida como una opción rentable, sino también como un puente para acercar a pequeños y medianos ganaderos a la lógica del confinamiento. “Muchos productores que nunca habían encerrado animales lo están haciendo a través de esta modalidad. Para ellos es una forma de acceder a tecnología, información y resultados sin tener que asumir grandes inversiones en infraestructura”, explicó el propietario de Ypoti.
“Queremos que el productor vea la hotelería bovina como una herramienta estratégica: simple, rentable y transparente. Nuestro objetivo es seguir creciendo junto a ellos”, concluyó Moller.