Asimismo, una de las compañías que se dedican a realizar estos servicios es Control Unión Paraguay, que indica que la demanda aumentó en un 29% solo en el 2015 en el mismo rubro, según el director Patricio Fraser.

“Paraguay se encuentra en la mira de grandes ligas en la producción de alimentos y ante la necesidad de contar con sellos de origen seguro tanto en inocuidad como en calidad es relevante seguir los manejos y los estándares mundiales”, aseguró.

Indicó que estos parámetros son muy importantes al momento de la aceptación de un producto por parte del cliente final.

En término generales, manifestó que en el sector primario los productos con más solicitud de inspección y certificación que generalmente son enviados en barcazas, son los granos de soja, maíz, trigo, subproductos como harina, cascarilla de soja, aceites, entre otros.

En tanto que los exportados en contenedores se destacan los granos de sésamo, chía, poroto, también el ganadero como las carnes (congeladas o frías), sebo bovino, menudencias, entre otros.

Por su parte, el presidente de la CPC, Korni Pauls, coincide al igual que el empresario Fraser, en que efectivamente el trabajo de inspeccionar se va incrementando, por la gran demanda de clientes internacionales en cuanto a los controles de exigencia.

CLIENTES FINALES

Alegó que los registros ya no son requeridos solo por las entidades públicas como el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) de Paraguay y del país interesado en la compra, sino por los propios clientes finales como grandes restaurantes.

En ese contexto, indicó que este tipo de empresas se debería explotar más en el mercado local, por los precedentes mencionados ya más arriba y la creciente demanda del servicio, ya que en muchas ocasiones se debe recurrir a firmas externas para lograr la certificación.

Fuente: Empresas