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Sonia Petersen: “Hay una vocación muy marcada de querer generar valor desde la innovación”

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Sonia Petersen: “Hay una vocación muy marcada de querer generar valor desde la innovación”

En el mundo agropecuario, donde tradición y tecnología se entrelazan cada vez más, el papel de la mujer está tomando un protagonismo indiscutible. Actualmente las mujeres no solo participan, sino que lideran, transforman y construyen el futuro del agro desde roles estratégicos.

Sonia Petersen, gerente general de Septia y representante exclusiva en Paraguay del software de gestión agropecuaria Albor, reflexiona sobre un tema clave para el presente y futuro del sector: el rol de la mujer como pieza fundamental en el traspaso generacional y la digitalización de las empresas agropecuarias.

“Las mujeres podemos ser ese canal conductor, catalizador y acelerador para incorporar tecnología en nuestras organizaciones. Hay una vocación muy marcada de querer generar valor desde la innovación”, indicó en contacto con Valor Agro.

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¿Cómo describirías el rol que cumple la mujer dentro de las empresas agropecuarias?

En toda organización, cada persona tiene un rol, y el de la mujer, en particular, está profundamente vinculado con la comunicación y la conexión entre las personas. Las mujeres solemos tener una vocación natural para identificar a quiénes hay que comunicar, cómo hacerlo y en qué momento. Eso nos convierte en un nexo clave, tanto en lo familiar como en lo empresarial. En muchas empresas agropecuarias, tanto en Paraguay como en Argentina, se da un patrón común: son empresas familiares. En ese contexto, la comunicación no es solo una herramienta útil, sino un pilar fundamental. No basta con producir: es necesario que las personas involucradas estén alineadas, conectadas, informadas. Y ahí es donde, muchas veces, la mujer actúa como el puente que une y da continuidad.

¿Qué aspectos considerás fundamentales para que el traspaso generacional en una empresa agropecuaria sea exitoso y sostenible?

Es importante que todos los miembros de la empresa sean o no parte de la familia, estén bien informados y comprendan qué está sucediendo en la organización. Si pensamos en una nueva generación que entiende y se comunica a través de medios digitales, está claro que el camino para unificar criterios es ocuparse de que la digitalización suceda. Como mujeres, podemos liderar o colaborar con el liderazgo, más allá de si somos quienes sembramos o cuidamos animales, aunque también puede ser el caso. Es muy probable que el tiempo que podamos dedicar esté enfocado en implementar herramientas que ya están disponibles y con mucho potencial de éxito.

Elegir y usar soluciones que permitan digitalizar la información de la empresa no solo mejora la gestión actual, sino que facilita que nuestros descendientes, cónyuges, hermanos, primos o empleados comprendan claramente el trabajo que se realiza, accediendo a la información de forma ordenada y compartida.

¿Creés que el liderazgo de las mujeres ha crecido en el desarrollo rural, especialmente en lo que respecta a la innovación y a la digitalización?

Sí, definitivamente vemos un crecimiento. En muchas empresas, cuando se toma la decisión de implementar una solución tecnológica, como la que nosotros ofrecemos, o cualquier otra, es muy común que el proyecto funcione especialmente bien cuando está liderado por una mujer. Las mujeres tienen un fuerte interés por ocupar espacios donde puedan aportar y brillar. Hay una vocación muy marcada de querer generar valor desde la innovación. Y aunque no siempre seamos quienes crean las soluciones tecnológicas, muchas veces somos quienes logramos que se implementen, se utilicen, se disfruten y generen impacto. Esa capacidad de hacer que las cosas sucedan es clave.

Además, al digitalizar los procesos operativos, la gestión se vuelve más transparente, trazable y compartida. La información ya no queda en manos de una sola persona o en un cuaderno, sino que puede ser consultada por distintos actores dentro de la empresa. Eso permite que los procesos sean transferibles y que todos puedan acceder al conocimiento, lo que agrega muchísimo valor a la organización.

¿Qué mensaje le darías a quienes aún no se animan a incorporar herramientas digitales en sus empresas agropecuarias?

Las mujeres podemos ser ese canal conductor, ese catalizador o acelerador que facilite la incorporación de tecnología en nuestras organizaciones, sean familiares o no, pequeñas o grandes. Hoy la tecnología está disponible y evoluciona constantemente. Cada día surgen nuevas herramientas, más accesibles y potentes, listas para ser aprovechadas. Este es un momento ideal para animarse. Tal vez no encontremos la solución perfecta en el primer intento, ni en el segundo, pero si persistimos, la vamos a encontrar. Por eso, creo que estamos ante un despertar digital, una invitación abierta a explorar, probar y adoptar la tecnología que mejor se ajuste a nuestros desafíos. La oportunidad está ahí. Solo hace falta dar el paso.