Amambay, Pedro Juan Caballero | La Expo Amambay 2025 dejó en evidencia una tendencia clara: el norte paraguayo atraviesa una etapa de transformación productiva y organizacional sin precedentes.
Uno de los protagonistas de ese proceso es Gustavo Grenno, directivo de la Regional Amambay de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y propietario de Cabaña Vieja Estancia, quien junto a su familia (Ramiro, su hermano) lidera un proyecto que combina inversión, pasión por los caballos Criollos y compromiso con el desarrollo regional.
“Se ve un movimiento realmente positivo desde el año pasado. La exposición creció mucho, se sumaron razas nuevas y los productores están apostando fuerte a esta nueva directiva de la Rural, que tiene un potencial espectacular”, destacó Grenno en diálogo con Valor Agro.
El dirigente subrayó que el crecimiento no se limita a los números, sino que refleja una gestión profesional y participativa que está “en curva ascendente” y que permite proyectar una Expo Amambay cada vez más relevante dentro del calendario nacional.
La llegada de los Criollos: un hito en la región Oriental
Uno de los capítulos más destacados de esta edición fue la presencia histórica de caballos Criollos, raza que por primera vez se presentó oficialmente en la región oriental.
“Es la primera vez que la raza sale de la Expo Mariano Roque Alonso en Asunción. En esta primera edición tuvimos 20 ejemplares inscriptos, casi llenando la capacidad total de nuestras caballerizas. Es una satisfacción enorme y demuestra la confianza de los criadores en este proyecto”, señaló Grenno.
La apuesta por los Criollos no sólo fue simbólica: implicó una inversión importante en infraestructura, con nuevas caballerizas, áreas techadas, bebederos y espacios sociales que permitieron recibir animales de alto valor genético en condiciones de excelencia.
“Era fundamental brindar la infraestructura adecuada, porque cada criador cuida sus ejemplares con mucha atención. Para nosotros fue un honor liderar ese proceso”, comentó.
El propietario de Vieja Estancia adelantó, además, que el próximo año será clave, ya que la Asociación de Criadores de Caballos Criollos del Paraguay cumplirá 50 años, y Amambay buscará ser parte de esa celebración con más infraestructura y eventos competitivos.
“Estamos trabajando para habilitar una pista de lazo y adecuar una pista de aparte campero. Queremos estar a la altura del aniversario y seguir fortaleciendo la presencia del Criollo en el norte”, adelantó.
Tradición familiar y proyección genética
Vieja Estancia es una cabaña joven formalmente, pero con raíces profundas. La familia Grenno decidió retomar una historia que comenzó décadas atrás.
“Somos criadores antiguos de caballos, pero no de caballos puros. En 2022 ingresamos a la Asociación retomando la marca de nuestro abuelo, que fue fundador del Jockey Club del Paraguay y presidente de la institución. Hoy seguimos ese legado con mi hermano Ramiro”, contó Gustavo.
El programa genético de Vieja Estancia incorpora líneas de Uruguay, Argentina y Brasil, reflejando una búsqueda por excelencia y equilibrio funcional.
“Hicimos inversiones en sangre uruguaya en varias líneas. Visitamos las cabañas y trajimos yeguas de Carlos Parietti, que aportan muchísimo al desarrollo de la raza en Paraguay”, explicó.
Respecto a la raza en general, los avances genéticos también fueron reconocidos por jurados internacionales en las exposiciones nacional e internacional de 2025. “Se dieron cuenta del salto genético que ha tenido la raza en Paraguay. En diez años el número de criadores y ejemplares creció de manera impresionante”, valoró.
Amambay: crecimiento productivo y oportunidades
Más allá del Criollo, Grenno observa un momento de auge para toda la región: “Amambay es una zona altamente productiva, tanto agrícola como ganadera. En genética se ha avanzado mucho, y esta exposición demostró que la región está a la altura de las mejores del país”, resaltó.
El dirigente también destacó el impacto económico y comercial del intercambio con Brasil, así como las oportunidades que surgen con nuevas inversiones en Concepción, especialmente a partir del proyecto Paracel.
“La forestación y las inversiones industriales generan un efecto dominó muy positivo. Obligan al productor a ser más eficiente, impulsan infraestructura y crean circulante. Es una palanca de progreso para todo el norte”, analizó.