El ovino vive un proceso de expansión acelerada en el norte de la región Oriental, especialmente en Amambay y Concepción, dos departamentos que en los últimos años han mostrado un dinamismo inédito en genética, ferias y resultados comerciales.

Hugo César Espínola, director de Cabaña Hettel Lina, fue protagonista de este crecimiento y lo resumió con una frase clara: “Amambay es nuestra casa, por la amistad, el calor humano y las ganas de crecer que encontramos acá”.

La llegada de cabañas referentes a la Expo Amambay 2024 y 2025 marcó un antes y un después. Si hace dos años el ovino era un rubro casi desconocido en la zona, hoy las ventas totales, los promedios y la participación en pista demostraron que el interés explotó. “Este año superó la expectativa; fue el doble que el año pasado”, señaló Espínola.

El norte ya no es territorio exclusivamente bovino. Concepción, con más historia ovina, y Amambay, como nuevo actor, comenzaron a integrar genética de élite y a desarrollar majadas más competitivas.

“Los criadores ya están viendo resultados. Compraron carneros, mejoraron la base y hoy nos exigen que volvamos con animales de punta”, explicó el Director de Hettel Lina.

La demanda local se fortaleció también gracias al intercambio con cabañas de Concepción, donde las experiencias previas en Expo Norte impulsaron a nuevos productores a incorporarse al negocio.

El desafío país: majadas comerciales con genética superior

Aunque la genética de cabaña tuvo un crecimiento notable, los criadores del sector ya miran el siguiente paso: expandir el volumen de majadas comerciales. “Hoy el gran desafío es genético. Buscan Hampshire, Dorper, Santa Inés y Texel, razas que se adaptan muy bien y que mostraron resultados espectaculares”, remarcó Espínola.

El análisis de la demanda confirma esa tendencia. Recientemente, tanto la Nacional Dorper como la Nacional Santa Inés registraron 100% de venta, enviando reproductores a todos los rincones del país. “Nos dimos cuenta de que no hay techo para el ovino en Paraguay. Está creciendo demasiado bien”, aseguró.

Además del empuje genético, el consumo también acompaña el crecimiento. La inminente edición del Corderazo Texel, un clásico de fin de año, vuelve a demostrar que el mercado interno está firme y con espacio para seguir expandiéndose.

“No hay mercado que alcance. El ovino está explotando”, afirmó el productor.