Con el respaldo de una alianza público y privada que encabeza el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) y cuenta con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el ganado menor avanza fuertemente en la formalización del rubro, que tiene a la producción ovina y caprina como punta de lanza.

El coordinador del proyecto, el Dr. Mustafá Yambay, comentó a Valor Agro que se trata de un proyecto que “se viene trabajando en silencio” pero que “ya cuenta con resoluciones reales” para el registro nacional de productores y población ovina y caprina.

Con las resoluciones vigentes, el programa de formalización del ganado menor tiene previsto su inicio el 1 de enero del 2023, con un plan piloto de dos años que permita ir ajustando detalles, explicó Yambay y agregó: “Es importante que todos nos podamos sentir parte de esta creación”.

En una primera instancia, la aplicación del programa no significa costos adicionales para los productores. “Hay un fondo del BID para impulsar el proyecto, los costos van a llegar a futuro con la comercialización de los animales”, indicó.

Valor. A partir de la creación del sistema, Mustafá Yambay aseguró que el ganado menor cuenta con una base sólida para la producción de carne que faltaba. “El país hizo muy bien los trabajos con el mejoramiento genético y animales de exposición, pero nunca se trabajó por la producción de carne. Ahora, van a llegar las inversiones que requieren de grandes majadas para la producción de carne. La genética está, el campo está y el paraguayo sabe criar: no hay dudas que vamos a tener majadas para seguir dando saltos importantes en el rubro”.

De todas maneras, apuntó que el sector debe seguir importando genética y conocimiento, porque también será clave para su crecimiento, ya que se debe pensar en majadas comerciales de 2.000 vientres para que el negocio sea sostenible y el hombre de campo pueda vivir de la producción.

Finalmente, el presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Ovinos (APCO), Nicolás Peña, dijo a Valor Agro que la identificación del ganado menor “es un paso sumamente importante para la ovinocultura”, dado que “va a brindar más seguridad para las inversiones futuras, una armonización en los establecimientos y la posibilidad de contar con un frigorífico; englobar una cadena de valor que impulsará aún más al rubro”.