Empiezan a moverse las piezas en el tablero internacional de la carne vacuna tras la decisión de Donald Trump de imponer un arancel total superior al 76% al producto brasileño, dejándolo fuera del mercado estadounidense.
El punto es que Brasil está moviendo las fichas para reubicar la carne bovina que no podrá vender en Estados Unidos. Una de las estrategias del vecino país es desde luego aumentar su presencia en China; de hecho, ya está sucediendo en la práctica. Otro cambio pasa por potenciar sus ventas en México.
Brasil podría más que duplicar sus exportaciones de carne vacuna hacia la nación azteca desde los USD 250 millones negociados en 2024. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, apuesta por el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), un programa que elimina los aranceles de importación de productos alimenticios básicos, con la intención de reducir la inflación local. El único problema para las pretensiones de Brasil es que el programa se renueva cada año.
Para ampliar aún más sus exportaciones de carne vacuna a México, el socio del Mercosur ha acordado con las autoridades de la nación azteca la visita a 14 plantas frigoríficas brasileñas por parte de funcionarios de este país, a los efectos de comprobar que cumplen con las normas fitosanitarias y de manejo requeridas por las autoridades mexicanas. Así, podrían elevarse a 49 las plantas habilitadas para vender carne vacuna en la nación de América del Norte.
