Más allá de la recuperación productiva y los precios favorables que marcaron el 2025, el sector ganadero paraguayo mantiene encendida una señal de alerta en torno al debate sobre el levantamiento de la vacunación contra la fiebre aftosa. Para muchos productores, se trata de una decisión de alto riesgo que podría comprometer no solo la economía del sector, sino también la estabilidad social de miles de familias rurales.
Al respecto, Calixto Saguier, miembro de la Comisión Directiva Central de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) , fue contundente al afirmar que Paraguay aún no está preparado para dejar de vacunar. “Tenemos que sincerarnos y ver que no estamos listos para levantar la vacunación. Queremos hacerlo en su momento, pero solo cuando estén cubiertos todos los huecos que implica una posible entrada de la aftosa”, sostuvo en diálogo con Valor Agro.
Saguier recordó que Paraguay exporta cerca del 80 % de su producción de carne, por lo que un brote de aftosa tendría consecuencias devastadoras. “El país recibiría un golpe muy fuerte si la aftosa llega a entrar”, advirtió. A esto se suma el impacto directo sobre los pequeños productores, quienes utilizan el ganado como principal forma de ahorro.
“El pequeño productor ahorra en la vaca. Si tiene un problema familiar, vende un ternero y soluciona. Imagínense que entre la aftosa y ese animal pase a valer casi nada. Va a tener que vender todo y quedarse sin capital”, explicó.
Si bien reconoció la existencia de mesas de diálogo, afirmó que el sector no se siente escuchado. “Nos oyen, pero no nos escuchan. Hemos perdido la confianza y el sector ganadero está muy molesto”, señaló.
Según explicó, las fechas y decisiones vinculadas al levantamiento de la vacunación fueron planteadas de manera unilateral, a pesar de que son los productores quienes asumen el riesgo y sostienen económicamente gran parte del sistema sanitario. “Somos nosotros los que hacemos todo el trabajo, pagamos aranceles, financiamos la estructura y corremos el riesgo”, reclamó.
Lecciones del pasado y ejemplos internacionales. Saguier recordó que Paraguay ya atravesó episodios de aftosa en el pasado y conoce de primera mano sus consecuencias. “Sabemos lo que duele porque ya nos pasó, y los más golpeados fueron los pequeños y medianos productores”, afirmó.
También mencionó brotes recientes en otras regiones del mundo, como Europa y Sudáfrica, como ejemplos de que el riesgo sigue vigente. “No imaginamos lo que nos pasaría si ocurre algo similar acá”, alegó.
Para el sector ganadero, el camino correcto pasa por el diálogo y el consenso. “No estamos en contra de la vacunación, al contrario, estamos de acuerdo, pero queremos que se haga bien”, remarcó Saguier. En ese sentido, insistió en que avanzar sin acuerdo solo profundiza la incertidumbre.
“La pérdida de confianza en la relación público-privada es muy grave. Esa relación siempre fue un ejemplo, incluso a nivel internacional, y hoy se está resintiendo”, lamentó.
Finalmente, Saguier advirtió que la falta de previsibilidad sanitaria impacta directamente en las decisiones de inversión. “No trabajamos tranquilos, no nos animamos a invertir. A la incertidumbre del precio ahora se suma la incertidumbre sanitaria”, afirmó.
A modo de cierre, sostuvo que el sector mantiene una postura clara: cautela, diálogo y responsabilidad. “De qué sirve que estemos todos enfrentados. Esto no nos va a llevar a nada. Necesitamos acuerdos para seguir exportando, produciendo y cuidando lo que tanto costó construir”, expresó.
