La exportación de carne bovina paraguaya presenta un proceso de transformación significativo. Si bien Chile continúa liderando en volumen, con 97.685 toneladas exportadas a noviembre de 2025 (29% del total), su participación ha descendido de manera constante en los últimos años: del 45% en 2021 al 29% en 2025, reflejando una desconcentración estructural del comercio exterior cárnico paraguayo, según la Cámara Paraguaya de Carnes (CPC).
Según el gremio, esta evolución no implica pérdida de competitividad en Chile, sino la consolidación de nuevos mercados estratégicos como Taiwán, Estados Unidos e Israel, que hoy ocupan el segundo, tercer y cuarto lugar respectivamente.
A noviembre de 2025, Taiwán se posiciona como segundo mercado con 44.609 toneladas exportadas (13% del total), seguido muy de cerca por Estados Unidos en tercer lugar, con 42.279 toneladas (13%), mientras que Israel completa el cuarto puesto con 30.247 toneladas (9%).
En conjunto, estos tres destinos absorbieron 117.136 toneladas, equivalentes a 35% del total exportado, configurando un bloque de mercados de alto valor que ya supera en importancia con el liderazgo histórico chileno.
Desde la Cámara Paraguaya de Carnes se destaca que la relevancia de este nuevo podio no está solo en el volumen, sino en la calidad estratégica de la demanda. Taiwán y Estados Unidos registraron en 2025 precios promedio prácticamente idénticos, US$ 6,15/kg y US$ 6,10/kg respectivamente, mientras que Israel alcanzó el mayor valor unitario de los grandes destinos, con US$ 6,59/kg. Esto contrasta con mercados tradicionales de volumen como Rusia, que continúa siendo un actor relevante, quinto destino por volumen con 15.971 toneladas, equivalentes al 5% del total, pero con un precio promedio sensiblemente inferior (US$ 4,34/kg). Rusia conserva importancia como estabilizador de salida de producto, pero carece del impacto estructural que generan los mercados premium en términos de rentabilidad y posicionamiento país.
La mayor diversificación reduce el riesgo sistémico del sector ante shocks específicos —regulatorios, sanitarios, logísticos o geopolíticos— y mejora la capacidad de negociación del complejo exportador paraguayo.
Más importante aún, el ascenso de Taiwán, Estados Unidos e Israel al podio refleja el resultado directo del fortalecimiento competitivo de la cadena cárnica nacional. Estos mercados no habilitan países por oportunidad coyuntural: habilitan sistemas productivos e industriales confiables. El cumplimiento de protocolos sanitarios estrictos, auditorías permanentes, certificaciones de inocuidad, trazabilidad creciente desde el campo y profesionalización de frigoríficos han permitido sostener acceso continuo a estos destinos, consolidando una oferta paraguaya capaz de competir en el segmento premium global.
La carne paraguaya ya no depende de un único comprador dominante. El surgimiento del nuevo podio integrado por Taiwán, Estados Unidos e Israel, acompañado por la paulatina reducción relativa del peso de Chile y la menor presencia de Rusia, indica que Paraguay ha ingresado en una fase madura de diversificación exportadora de alta calidad, sustentada en la competitividad integral de su cadena productiva y en el acceso a los mercados más exigentes del mundo.
