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EEUU retrocede en su política arancelaria: Brasil recupera protagonismo y se redibuja el mapa de la carne

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EEUU retrocede en su política arancelaria: Brasil recupera protagonismo y se redibuja el mapa de la carne

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de eliminar los aranceles aplicados a un amplio conjunto de productos agrícolas de Brasil, incluida la carne vacuna, marca un giro abrupto en una política que había tensado los vínculos bilaterales y modificado el equilibrio comercial de la proteína roja en el mundo.

Para Gonzalo Oleggini, consultor de comercio internacional, el paso atrás confirma algo que ya advertía meses atrás: “No es posible sustituir a un proveedor del tamaño y la capacidad productiva de Brasil sin impactos internos relevantes”.

Y ese impacto, según subraya, se sintió directamente en la economía doméstica de Estados Unidos y en el bolsillo del consumidor norteamericano, un actor clave en un año donde lo político pesa tanto como lo económico.

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Una medida con trasfondo político: el consumidor como factor decisivo

Oleggini sostiene que la negociación con Brasil siempre tuvo un fuerte componente político. La imposición de aranceles, originalmente presentada como un gesto de presión ante situaciones internas brasileñas, terminó convirtiéndose en un búmeran para el gobierno estadounidense.

Productos como jugo de naranja, café y carne vacuna, tres de los principales bienes que Brasil vende a Estados Unidos, empezaron a escasear o a registrar aumentos significativos de precio. El caso del café fue emblemático: grandes cadenas con miles de locales no encontraron proveedores alternativos capaces de cubrir volúmenes equivalentes.

En la carne ocurrió algo similar. Brasil exporta entre 250.000 y 300.000 toneladas anuales a Estados Unidos, apenas el 3% de su producción, pero un volumen difícil de reemplazar para el mercado norteamericano.

Con las elecciones intermedias en el horizonte, el aumento del costo de vida se transformó en una amenaza política seria. Según Oleggini: “El consumidor estadounidense está molesto. En algunos productos, los precios subieron entre 20% y 30% en apenas seis meses. Ese consumidor es el que vota dentro de un año”.

El retroceso en los aranceles, por tanto, no solo responde a razones comerciales: responde a la urgencia de Trump por bajar los precios de la canasta y contener el malestar social.

El regreso de Brasil y el nuevo escenario para Paraguay

Durante el periodo de vigencia de los aranceles, Paraguay alimentó la expectativa de un 2026 con Estados Unidos como mercado central, incluso con doble esquema de precios dentro y fuera de cuota. Los exportadores llegaron a ver negocios dentro de cuota por US$ 8.500 la tonelada, muy por encima del promedio anual estadounidense de US$ 5.800–5.900.

El retorno de Brasil no borra esas perspectivas, pero sí las modera.

“Paraguay seguirá teniendo un mercado atractivo en Estados Unidos, pero ya no veremos una escalada de precios como la veníamos observando”, advierte Oleggini.

¿Por qué? Porque, aunque Brasil recupere su posición, Estados Unidos sigue enfrentando un problema estructural: el stock ganadero más bajo de los últimos 70 años. Oleggini dijo que recomponer el rodeo llevará tiempo. “No se soluciona la semana que viene, ni el mes próximo. Serán 2 o 3 años, y si no hay una estrategia clara, incluso más”, explica el analista.

En ese contexto, los precios altos se mantendrán, aunque sin nuevas subas, y Paraguay seguirá ocupando un espacio relevante, especialmente en cortes demandados por la industria norteamericana.

Impacto geopolítico y un mundo con tensiones crecientes

Oleggini pone en perspectiva un elemento adicional: el contexto internacional. En un escenario global con crecientes tensiones y riesgos de conflicto, los alimentos, y en particular la carne, tienden a fortalecer su valor.

“Históricamente, las proteínas animales son bienes que se valorizan en contextos de incertidumbre”, señaló.

Esto implica que, más allá del reacomodamiento comercial inmediato, el horizonte para los exportadores sudamericanos sigue siendo positivo.