En la ganadería actual, el uso inteligente del recurso más valioso, la tierra, marca la diferencia. En este contexto, el manejo de las pasturas y una recría eficiente aparecen como herramientas clave para aumentar la productividad, en un modelo donde se busca producir más al menos costo posible.
Enrique Espínola, director de Tecnopecuaria, conversó con Valor Agro sobre este cambio de paradigma en el sector. Habló de las tecnologías que están promoviendo desde la empresa, del trabajo técnico y de capacitación que realizan en todo el país, y de cómo los productores están respondiendo a los nuevos desafíos. En ese sentido sostuvo que “el camino es hacer más eficiente cada hectárea, y eso empieza por el pasto”.
¿Cuáles son las principales innovaciones tecnológicas que están impulsando en este momento desde Tecnopecuaria?
Estamos apostando fuerte a todo lo que tiene que ver con eficiencia productiva, y en ese sentido, uno d ellos trabajos principales que impulsamos es el manejo del pasto, sobre todo en la recría, que hoy está demostrado que es una de las etapas más impactantes en la rentabilidad ganadera. Además, trabajamos con tecnologías relacionadas a cercas eléctricas, y todo lo que apunte a hacer del campo un sistema más productivo. La idea es transformar el campo en “dos o tres pisos”, como solemos decir, y lograr que nuestro activo más importante, la tierra, produzca lo máximo posible, al menor costo.
¿Cómo manejan la capacitación y el acompañamiento técnico a los clientes?
Le damos muchísima importancia a ese aspecto. Contamos con un equipo técnico muy capacitado que acompaña al productor desde el inicio del proceso hasta el seguimiento posterior en campo. Tenemos dos líneas de capacitación, hablando de cercas eléctricas, una dirigida a contratistas, que son quienes instalan los sistemas de cercado o realizan limpiezas de campo, y otra dirigida al equipo técnico a campo, que es quien controla el trabajo a diario.
En ambos casos buscamos minimizar errores desde el inicio y asegurar una ejecución eficiente. Además, ofrecemos visitas técnicas personalizadas según las necesidades del productor. Hoy estamos llegando a todo el país, desde Pilar hasta el norte del Chaco, porque creemos que el acompañamiento técnico es clave para que la innovación tenga impacto real.
¿Considera que los productores están más abiertos hoy a la innovación y el cambio?
Sí, claramente. Año tras año vemos que hay más productores que se animan a invertir y cambiar, con el objetivo de ser más eficientes. El chip de la eficiencia se está instalando con fuerza. No se trata solo de sobrevivir, sino de crecer en un contexto donde los márgenes se achican y los desafíos son grandes. Creo que el productor está con ese chip de producir más.
¿Qué rol juega la integración agricultura-ganadería en este contexto de adaptación y eficiencia?
Tiene un rol fundamental. Para dar el siguiente salto en productividad, necesitamos una verdadera sinergia entre agricultura y ganadería. La agricultura debería cubrir los puntos débiles de la ganadería y viceversa. Aún hay ajustes por hacer, pero vamos en camino. Esta integración acelera procesos, optimiza el uso del suelo y permite mejores resultados económicos y productivos en ambos rubros.
¿Qué desafíos cree que enfrentará el sector ganadero en el corto y mediano plazo?
El principal desafío sigue siendo el de aumentar nuestros índices productivos a nivel país. Nos afecta a todos, porque si no mejoramos esos números, vamos a seguir teniendo problemas de reposición, precios altos y márgenes bajos. La única forma de revertir eso es produciendo más por hectárea y a menor costo, algo que nos involucra a todos los actores del sector.
En un escenario de márgenes ajustados, ¿dónde considera que vale más la pena invertir hoy en una empresa ganadera?
Desde mi punto de vista, la inversión más rentable hoy es la que apunte directamente a mejorar la eficiencia productiva. Y eso pasa por identificar dónde se puede producir más con menos costo, algo que en nuestra experiencia se logra principalmente a través del manejo del pasto y una recría eficiente. También en la etapa de cría, producir más a pasto y con eficiencia permite bajar significativamente los costos.
Por ejemplo, si hoy tengo una cabeza de ganado en determinada superficie, con una mínima inversión en infraestructura y manejo, podría llegar a tener dos. Ese salto en productividad con los mismos costos fijos impacta directamente en la rentabilidad. En un contexto donde los márgenes están cada vez más ajustados, la única alternativa real es producir más con los recursos que ya tenemos. Y para eso, apostar al manejo del pasto es clave, porque representa la alimentación más económica y con mayor retorno. El camino es hacer más eficiente cada hectárea, y eso empieza por el pasto
¿Qué expectativas tienen para lo que resta de 2025 y para el 2026, tanto a nivel empresarial como del sector?
Las expectativas son muy buenas. El clima acompañó y eso genera optimismo. Vemos que se está instalando una ganadería más dinámica, esperamos tener buenos índices de preñez. A nivel empresa, estamos entusiasmados con el desafío de seguir creciendo, acompañando esta transformación, aportando tecnología y asesoramiento. Queremos estar a la altura de lo que el sector necesita para seguir avanzando.
¿Cuál es el próximo gran paso o desafío para Tecnopecuaria?
Seguir aumentando nuestra presencia técnica en campo, creemos que es fundamental. La demanda de asesoramiento especializado está creciendo, y eso nos obliga a formar más técnicos y seguir profesionalizando nuestro equipo. Tenemos una escuela interna de formación, programas de pasantías y una cultura de mejora continua. Queremos seguir estando cerca del productor, con soluciones reales y personal capacitado, en cada rincón del país.
Finalmente, ¿qué mensaje le dejaría hoy al productor ganadero paraguayo que está pensando en transformar su modelo productivo?
Animarse. Animarse a producir más y hacerlo de forma más eficiente, porque ese es el camino que, tarde o temprano, todos vamos a tener que tomar. Hay que empezar a ver el campo como un sistema con “dos o tres pisos”, es decir, con más niveles de aprovechamiento productivo, que permitan obtener mayores resultados a un menor costo.
No se trata de cambiar todo de golpe. Sabemos que un ganadero que tiene 8.000 o 10.000 hectáreas no va a transformar toda su operación de una vez. Pero sí puede empezar de forma parcial, con un módulo más chico, probar, medir, sacar números y comprobar por sí mismo que esa superficie trabajada con eficiencia produce más que el resto. Esa experiencia concreta es la que convence. Y una vez que se comprueba, el cambio ya no es una opción, es una decisión estratégica.