Las asociaciones de criadores de ganado bovino del Paraguay fueron contundentes en la posición sobre el futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa, y se apoyaron en la historia reciente para hacer memoria a los impactos económicos que representó el brote del 2011.
Afirmando que el país debe mantener la posición de seguir vacunando, en la lectura del comunicado oficial expresaron que en el último brote de aftosa en 2011 sucedió “un golpe devastador para la economía y la sociedad”, y las “pérdidas inmediatas superaron los 700 millones de dólares, debido al cierre de mercados y la caída de precios”.
Desde los gremios dijeron que se trató de un “impacto económico, productivo y emocional que aún hoy recordamos”.
Para dimensionar lo que significa un solo brote de aftosa, de las Razas Unidas se manifestó:
– Representó casi el 3% del PIB nacional en un solo año.
– Provocó la pérdida del 75% del valor de la exportación cárnica anual.
– Costó más que todo el presupuesto de salud pública de ese año.
– Equivalió a casi un año completo de inversión educativa.
– Significó un tercio de la deuda pública de entonces.
Además, detallaron que en términos concretos, esos 700 millones de dólares hubieran permitido:
– Construir 7.000 escuelas nuevas o 70 hospitales públicos.
– Levantar 5 puentes Héroes del Chaco o asfaltar 350 km de ruta (Asunción-CDE aprox).
– Construir más de 10 estadios de fútbol de primer nivel.
– Desarrollar barrios sociales con 70.000 viviendas.
– Financiar durante 5 años un subsidio nacional de combustibles, o garantizar la merienda escolar de todos los niños durante 4 años.
Considerando todo eso, desde las principales asociaciones de criadores de ganado bovino del país “rechazamos enérgicamente la posición oficial de avanzar hacia el levantamiento de la vacunación con el fin de modificar el estatus sanitario”.
Y cerró: “Consideramos que esta decisión pone en riesgo el patrimonio más valioso de los paraguayos”.