El presidente de la Regional Concepción de la ARP, Gustavo Ruíz Ayala, advirtió que la falta de lluvias afecta gravemente a la agricultura y pone en riesgo el abastecimiento de agua para la ganadería.
Ruíz manifestó a Valor Agro que el clima en el departamento se encuentra muy seco. Solo se han registrado algunos aguaceros, insuficientes para reponer el agua en los tajamares.
Explicó que la agricultura es el sector más afectado en la zona, especialmente en los trabajos de recuperación del suelo y siembra. En cuanto a la ganadería, aquellos productores que cuentan con recursos aún pueden hacer frente a la situación.
“Hay personas que tienen fuentes de agua, represas, sistemas de bombeo o algún mecanismo de recarga para sus tanques australianos. Luego, distribuyen el agua mediante cañerías hasta los bebederos. Es una inversión importante que debe realizarse con rapidez, ya que los tajamares están llegando a su límite después de tres años de pocas lluvias, lo que los ha dejado prácticamente sin agua”, indicó.
El presidente advirtió que, si no se registran precipitaciones en las próximas semanas, deberán enfrentar la situación, ya que faltan pocos días para el inicio de la vacunación y la implementación del sistema de identificación del ganado.
En relación con los preparativos para la vacunación, destacó que Fundassa Concepción cuenta con un equipo capacitado que está entrenando a las autoridades.
“Los cambios son importantes, y el hecho de que los productores quieran identificar a sus animales demuestra que ‘se pusieron las pilas’. Lo que realmente hace falta ahora es la llegada de las lluvias, ya que muchos están sufriendo la falta de precipitaciones. Por ende, nos adaptaremos a la necesidad de cada productor. La comisión de salud hará todo lo posible para que cada uno pueda cumplir con la vacunación y la colocación de las caravanas, considerando las dificultades generadas por la escasez de agua», detalló.
Respecto al hato ganadero en la zona, señaló que en Concepción ha disminuido debido a la migración de algunas estancias hacia otros sectores, principalmente el forestal.
“Ahora, más o menos, esta hacienda se ha reubicado dentro del mismo departamento o en el Chaco. Creemos que es posible recuperar el hato, siempre y cuando exista una mejor política de Estado, especialmente en materia de seguridad, debido a los problemas de abigeato. Si se fortalecen estas condiciones, muchos campos podrían revitalizarse”, amplió.
Destacó que el hato en el departamento es de aproximadamente 200.000 cabezas, y que estos números “no son difíciles de recuperar”, siempre que el ganadero cuente con seguridad y mayor previsibilidad en los precios.
“Actualmente, los valores son medianamente buenos, aunque a veces hay caídas que responden a estrategias de la industria. Estas fluctuaciones generan incertidumbre entre los productores, quienes no pueden trabajar con tranquilidad ni planificar adecuadamente su producción”, apuntó.
Y agregó: “Toda esta situación provoca que los precios estén muy altos en determinados momentos y, antes de que bajen, los productores se ven obligados a vender hacienda que no está bien terminada. Esta indefinición genera temor a que los valores caigan drásticamente de nuevo. Los bajones pueden ser muy extremos, de 30, 40 o incluso 50 centavos de dólar por kilo, lo que representa un perjuicio significativo. El productor tarda en recuperar esas pérdidas, no en precios, sino en kilos”.
Precisó que, ante sequías extremas, muchos productores se ven obligados a vender a precios desfavorables, lo que afecta seriamente sus márgenes de ganancia.
Consultado sobre si los valores actuales permiten seguir invirtiendo, mencionó que en el departamento existe la opción de cambiar de rubro, por ejemplo, sembrar eucalipto para la industria.
“Sin embargo, todavía hay muchas dudas. Creemos que la ganadería sigue siendo rentable en algunos sectores y suelos, aunque persisten ciertas incertidumbres. No contamos con el 100% de los indicadores necesarios para tomar decisiones definitivas. Por ello, sería útil realizar un estudio que analice cuáles actividades siguen siendo rentables, siempre que se trabaje en la corrección del suelo y en una mejor división de los campos”, concluyó.
