El escenario internacional de la carne se encuentra en uno de sus momentos más favorables, demanda creciente, precios firmes y un stock mundial que se mantiene estable o a la baja.

Todo indica que esta tendencia se profundizará en los próximos años. En este contexto, los países de la región enfrentan simultáneamente “oportunidades extraordinarias” y desafíos cada vez más sofisticados derivados de la política comercial global.

De acuerdo con la visión de Javier Rotondo, vicepresidente 2º de CRA, “el norte es claro, la carne bovina va camino a dejar de ser un commodity para convertirse en un producto premium”.

Sostuvo que China continúa siendo un motor clave, aunque el sudeste asiático emerge como un comprador cada vez más dinámico. A su vez, destaca que Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay cuentan con una oportunidad histórica si sostienen políticas coherentes, previsibles y orientadas al desarrollo ganadero.

En contraste, apunta que Argentina no ha logrado aumentar su stock en 20 años por falta de políticas estables y decisiones populistas que trataron a la carne como un bien social. Ese estancamiento, junto con situaciones similares en otros países, genera un fenómeno que favorece a exportadores: la demanda global crece más rápido que la oferta. “Va a haber mercado caliente sin ninguna duda”, resume.

Sin embargo, el mundo del comercio no deja de tensionar el escenario. Rotondo advierte que medidas como la Resolución 11/15 de la Unión Europea, relacionada con la deforestación y la trazabilidad ambiental, son “barreras paraarancelarias” para el comercio mundial de carnes, porque Europa “se está quedando fuera de esta tracción gigantesca que genera Asia” y sin lugar a duda “el mercado global seguirá caliente”.

“Países como Paraguay y Argentina tienen una enorme oportunidad de entrar a jugar con una política de desarrollo sostenido e intensivo”, afirmó.

El desafío, por lo tanto, es jugar en la “gran liga” del comercio global. Para Rotondo, los países emergentes deben profesionalizar su diplomacia comercial. “No podemos seguir premiando con embajadas a parientes de políticos; necesitamos diplomáticos expertos en comercio exterior”.

Y remarcó: “La demanda va a superar la oferta global y eso va a generar oportunidades sin ningún duda”.