El vicepresidente de la Regional Central Chaco, Nicolás Silva, señaló que la recuperación del sector ganadero dependerá de la estabilidad de los precios y del clima. Si bien hay optimismo por la mejora en ambos factores, advirtió que es clave aumentar la tasa de preñez para fortalecer el carimbo 7 y compensar la caída en la producción de terneros en los últimos años, ya que el impacto del carimbo 6 será un desafío.
Silva comentó a Valor Agro que desde la Regional observan con optimismo los cambios que se están dando con la mejoría del clima y de los precios. Destacó que hay un sinceramiento en los valores y, por ende, en el del ternero.
Señaló que el trabajo del productor no se detiene, ni siquiera en tiempos de pandemia o sequía, y que el mejoramiento genético es constante. No obstante, reconoció que la calidad de los terneros no alcanza el 100% y siempre hay aspectos por mejorar.
Sobre la producción de terneros, mencionó que no se recupera de un día para otro, ya que se vienen arrastrando cuatro años de sequía y enfrentando incendios. “Lastimosamente, en los últimos años se ha registrado una reducción en la producción de terneros y, como no es una fábrica, es un proceso que inicia con el estado corporal de la vaca, continúa con la preñez y culmina con el destete del ternero, por lo que se tuvo un descenso”, explicó.
Sin embargo, se mostró optimista con los precios y el clima actual, que permitirían recuperar en el corto plazo la diferencia que se tuvo en los últimos tiempos. No obstante, expresó su preocupación por el carimbo 6, ya que es una realidad que no se debe descuidar ni menospreciar, pues su impacto será significativo.
“En el carimbo 5 ya se sintió, y en el carimbo 6 se sentirá aún más. Tenemos que abocarnos a recuperar esa producción. Como país productor, debemos buscar la manera de volver cuanto antes a la senda de recuperación”, afirmó.
Agregó que la recuperación del sector depende en gran medida de los precios que se pagan al productor. “El productor necesita pagar sus cuentas, y la única manera de hacerlo es produciendo terneros. Para eso, es fundamental que los valores se mantengan en niveles sinceros”, sostuvo.
Indicó que los precios en el mercado están en alza debido a la demanda, situándose entre G. 15.500 y G. 17.500 por kilo de ternero desmamante menor de 180 kg.
Señaló que el mayor desafío para el productor es que “no se puede imprimir un ternero, sino que se cría desde el vientre”, lo que obliga a que el objetivo del sector sea recuperar la tasa de preñez, ya que el carimbo 6 registrará una merma, y es necesario que el carimbo 7 se recupere.
También se refirió a la caída del rebaño en el Chaco, influenciada por los precios que se registraron y por el impacto del clima en toda la región. Explicó que aún hay zonas de la región Occidental donde no se han registrado lluvias y la situación se está sintiendo.
“El Chaco es una zona muy sensible al clima. Responde bien cuando tiene agua, responde muy mal cuando le falta y, cuando hay abundancia, también sufre las consecuencias. Es una unidad que hay que cuidar y mirar con atención”, enfatizó.
Acotó que, si bien los precios actuales reflejan un sinceramiento, el daño generado por los precios bajos persiste y se refleja en el alto índice de endeudamiento de muchos productores con los bancos. Explicó que se necesitará más de un año para evaluar si la recuperación se sostiene y si realmente no se trata solo de un pico ocasional, sino de un compromiso de todos los actores del sector.
“El gobierno está haciendo bien su parte. Esperamos que los bancos nos den su apoyo y que los compradores se alineen con el sector ganadero”, apuntó.
En cuanto al papel de las nuevas industrias, subrayó que, cuando hay más competencia, el productor se beneficia, por lo que la incorporación de “nuevos jugadores en el partido” es clave para el crecimiento del rubro. “Vemos con mucho optimismo la aparición de nuevas industrias”, concluyó.