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“El país no es una isla: los precios se alinearon a la región”, Bolivia registró ajustes alcistas en los valores del ganado

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“El país no es una isla: los precios se alinearon a la región”, Bolivia registró ajustes alcistas en los valores del ganado

El mercado ganadero de Bolivia atravesó en las últimas semanas un cambio significativo en sus referencias. Luego de mantenerse durante un largo período en torno a US$ 3,10 por kilo, el valor del novillo dio un salto hasta los US$ 4,10, una corrección marcada que respondió a factores estrictamente de mercado.

José Fernando Céspedes, productor ganadero y exdirector de Frigor, explicó a Valor Agregado que la suba era esperada: “El país no es una isla. Con fronteras secas tan extensas, los precios terminan alineándose a los valores internacionales de los vecinos”, señaló.

La escasez de hacienda es hoy la principal tensión del mercado. Menos animales terminados, menor flujo de oferta comercial y una industria exportadora más activa llevaron naturalmente a un reajuste.

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A ese cuadro se suma un segundo factor decisivo: el movimiento reciente del tipo de cambio. Céspedes lo sintetiza así: “Se combinaron la corrección en bolivianos y el ajuste del dólar. Esa mezcla llevó al ganado al precio que debía tener frente a la región.”

La lectura del sector es clara: faltan animales terminados y la demanda, local y externa, se mantiene firme.

Exportación: China absorbe el 85% y Bolivia consolida su perfil vendedor

El crecimiento exportador de los últimos años no se detiene. Bolivia se consolidó como proveedor emergente dentro de la región, con China como destino dominante.

“El 85% de nuestras exportaciones va a China, que es hoy uno de los grandes demandantes de carne del mundo y de Bolivia en particular”, destacó Céspedes.

El sector privado y la industria trabajan para mantener ese flujo, mejorar la eficiencia y sostener la presencia en un mercado que paga volúmenes crecientes y exige regularidad.

Equilibrar abastecimiento interno y expansión exportadora

El reto permanente del país sigue siendo la convivencia entre un mercado doméstico que exige estabilidad y un frente externo con señales de firmeza.

Céspedes explica que el productor y la industria tienen claro ese doble rol: “Siempre existe la vocación de atender el mercado interno, pero las decisiones deben tomarse en coordinación con el sector productivo. Cuando las medidas no se conversan, se termina perjudicando la producción.”

El objetivo del sector es claro: mantener abastecimiento, pero sin frenar el impulso exportador, ya que es la vía más sólida para generar divisas y estimular inversión.

Ventaja sanitaria: Bolivia ya es libre de aftosa sin vacunación

El país recibió este año la certificación como zona libre de fiebre aftosa sin vacunación en Beni y Santa Cruz, una condición que abre puertas a mercados más exigentes y mejor remunerados.

“Es una ventaja competitiva enorme. Nos permite posicionarnos mejor y ordenar el sistema para capturar valor sanitario y comercial”, afirmó el dirigente.

El gran desafío: producir más

El análisis del sector es contundente: el problema no está en vender, sino en producir.

Según Céspedes, para sostener precios, abastecimiento interno y expansión exportadora, Bolivia deberá: aumentar la tasa de extracción, mejorar la productividad de los sistemas de cría, elevar los kilos por animal, y ampliar la producción en las zonas de mayor dinamismo, como Santa Cruz y Beni.

Céspedes lo resume en una frase que marca el rumbo: “Tenemos que aumentar la producción para aprovechar los mercados. La oportunidad está, pero necesitamos más hacienda”.