El sector ovino paraguayo suma un hito histórico con la habilitación del primer Centro Genético de Semen y Embrión Ovino del país, una infraestructura que promete ampliar la disponibilidad de líneas genéticas, fortalecer la calidad del ato nacional y responder a la creciente demanda regional por animales de alta performance.
Carlos Krussel, propietario de la Cabaña y Centro Genético Py’a Guapyrenda, indicó a Valor Agro que este proyecto es el resultado de varios años de trabajo y planificación. “Lo del centro genético era algo que lo veníamos trabajando hace rato. Incluso antes de la pandemia ya estaba habilitado el laboratorio”, recordó.
Explicó que la iniciativa surgió de la necesidad de independizarse del proceso de importación de embriones y de especialistas extranjeros. “Normalmente comprábamos embrión y material genético del exterior y siempre teníamos que traer a un especialista con todos sus instrumentos. Entonces nos propusimos a avanzar con este proyecto”, señaló.
Para ello, primero montaron un laboratorio y posteriormente el centro genético completo. Luego solicitaron la verificación y fiscalización de Senacsa, lo que finalmente permitió la autorización formal. “Hoy contamos con la habilitación del único centro genético ovino del país”, destacó.
Sobre el impacto en el sector, mencionó que esta nueva infraestructura aportará directamente al mejoramiento genético, tanto en calidad como en cantidad. “Paraguay hizo algo realmente bien en el sector ovino fue apostar a la genética. Históricamente importábamos animales de la región; hoy estamos exportando”, afirmó. Añadió que su cabaña fue la primera en exportar a Argentina y Uruguay, y otras cabañas también siguieron esa senda.
El centro permitirá incorporar nuevas razas y asegurar material genético de alto nivel. “Lo que importa es la crianza que viene. Esto va a generar la posibilidad de tener un hato ovino de altísimo valor genético y que Paraguay incremente su opción como país exportador de genética”, resaltó.
En cuanto a los desafíos del sector, coincidió con Senacsa en que el principal reto es el crecimiento del hato. “Se tienen muchísimos pedidos del exterior para carne y genética, pero nuestro hato necesita crecer”, sostuvo.
Agregó que este centro contribuirá a ese objetivo, siguiendo ejemplos internacionales como el de Sudáfrica con la raza Dorper, que transformó la productividad y calidad del rubro en aquel país.
Finalmente, destacó que la diversificación genética, acompañada por la APCO, será clave para el impulso del rubro en los próximos años.
