La confirmación de que Estados Unidos otorgará a la Argentina una cuota de 100.000 toneladas de carne vacuna que ingresarán con arancel cero, marca uno de los hitos más relevantes para la industria cárnica argentina en décadas.
El Consorcio de Exportadores ABC celebró la oportunidad, aunque advierte que el principal desafío será contar con la materia prima suficiente para abastecer un mercado de altísimo valor sin desatender otros destinos estratégicos.
Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC, explicó a Valor Agro Argentina que las posiciones arancelarias incluidas en la nueva cuota son “muy amplias” y permiten abastecer desde cortes premium y músculos de alta calidad, hasta trimmings para la industria de hamburguesas y productos kosher.
La amplitud de la ventana comercial fue diseñada a pedido de la industria, que entiende que una cuota de este tamaño requiere flexibilidad para colocar distintos tipos de mercadería según disponibilidad y precios internacionales.
Ravettino aseguró que, considerando que Argentina cerrará el año con exportaciones cercanas a 700.000 toneladas, el volumen de la cuota “está absolutamente cubierto”. Sin embargo, reconoció que la competitividad del negocio estará atada al tipo de cambio: “Con los valores actuales de la hacienda, el negocio con este dólar es sumamente difícil”.
De dónde saldrá la carne: reajuste entre destinos y presión sobre la oferta
La pregunta clave es cómo abastecer 100 mil toneladas adicionales cuando la producción local no muestra señales de recuperación inmediata.
Ravettino fue categórico: “Falta producción, falta materia prima, pero al ser un mercado con arancel cero, la carne va a salir de otro destino”. Ese “otro destino” apunta directamente a China, el mayor comprador de carne argentina.
Según el titular del Consorcio ABC, parte de los cortes actualmente enviados al gigante asiático, especialmente trimmings y cortes de menor valor, serán redireccionados hacia Estados Unidos, donde dejarán mejores márgenes bajo el nuevo esquema arancelario.
El desafío está en no generar desabastecimiento en un mercado chino que, aunque estabilizado en precios, continúa siendo esencial en volumen y flujo constante de compras.
China: precios estabilizados, dependencia de protocolos y la incógnita de la salvaguarda
Ravettino describió el escenario chino como un mercado donde el comprador “pone el precio” debido a su dominio global. Si bien los valores se mantienen estables según la gama de productos, la Argentina tiene un elemento pendiente que podría mejorar su competitividad: la aprobación del protocolo de menudencias, hoy derivadas en circuitos informales vía Hong Kong.
Ese protocolo, prácticamente concluido, depende de una decisión política del gobierno chino. Su aprobación permitiría recuperar un margen que hoy queda fuera de la cadena formal.
En paralelo, avanza el proceso de salvaguardia, para el cual China tiene plazo hasta el 26 de diciembre. Ravettino anticipa un escenario donde se definan cuotas y aranceles por país, manteniendo el 12% intracuota y aplicando aranceles más altos, entre 20% y 25%, fuera del cupo.

Retenciones y competitividad: expectativa de cambios en 2026
El titular del Consorcio ABC reafirmó que la industria mantiene un diálogo fluido con el Gobierno argentino en relación a la eliminación de las retenciones. Aunque la coyuntura de alta demanda interna dificulta movimientos inmediatos, desde el oficialismo coinciden en que es un impuesto “distorsivo” que deberá ser corregido en el corto plazo.
Para un sector con costos crecientes y un dólar que presiona los márgenes, la modificación del esquema fiscal será determinante para aprovechar plenamente la cuota estadounidense.
Visión global: escasez de materia prima y necesidad de ganar kilos
Mirando hacia 2026, Ravettino planteó un diagnóstico claro: el problema no será la demanda global, sino la falta de animales en la Argentina. “Hoy no veo posibilidades inmediatas de recuperación. Lo más práctico sería ganar kilos antes que ganar cabezas”, afirmó.
La oportunidad, según el dirigente, está del lado del productor: por primera vez en mucho tiempo, la rentabilidad de la ganadería es favorable, y el contexto invita a invertir en eficiencia y terminación para ampliar la oferta exportable.
