En un contexto internacional cada vez más desafiante para el comercio de carne, Estados Unidos ha endurecido su política arancelaria, impactando directamente a grandes proveedores como Brasil y Nueva Zelanda.
En este escenario, Andrés Oyhenard, integrante de Faxcarne de Tardáguila Agromercados, analizó el panorama desde una perspectiva regional del Mercosur, destacando que Paraguay se perfila como uno de los principales beneficiarios de esta coyuntura.
“Creo que también los exportadores paraguayos seguramente puedan verse beneficiados de aprovechar la cuota con el arancel reducido a partir del primero de enero del 2026”, afirmó.
Esto es especialmente relevante considerando que los negocios se planifican con anticipación. Según explicó, las operaciones para esa cuota comienzan a organizarse en el último tramo del año anterior, con el objetivo de estar en condiciones de exportar en las primeras semanas del nuevo año.
“Este año la cuota se agotó en 20 días porque estaba el monstruo de Brasil exportando. Pero el próximo año no va a estar. Entonces, eso sin duda que también para la ganadería paraguaya debe ser interpretado como una noticia más que positiva”, subrayó.
A pesar del nuevo escenario, indicó que los precios ofrecidos por Estados Unidos aún no convencen a los exportadores del Mercosur, especialmente a los de Argentina y Uruguay. Sin embargo, se espera que la situación cambie.
“Veremos ahora cuando apriete realmente la necesidad de importación de Estados Unidos”, dijo.
Según Oyhenard, Estados Unidos atraviesa un momento delicado en su política de importación de carne. Esta semana, traders y exportadores esperaban algún tipo de flexibilización o prórroga en los aranceles, especialmente hacia la carne vacuna de Brasil. Sin embargo, no hubo cambios oficiales y las restricciones se mantuvieron.
Incluso desde el sector empresarial, un alto jerarca de JBS en EE.UU. había sugerido que el tema “todavía no estaba cerrado” y que podría haber revisiones, pero no se han materializado avances.
Además, factores políticos complican el panorama. “Después de lo que decretó la justicia brasileña con la prisión domiciliaria del presidente Jair Bolsonaro, eso de alguna forma iba a enfriar un poco más cualquier posibilidad de negociación”, explicó Oyhenard. “El argumento que utilizó Trump para esta sanción sobre Brasil fue más que nada político, por esa persecución que denunciaba sobre el expresidente Bolsonaro”, añadió.
Nuevas sanciones. La semana también estuvo marcada por un movimiento inesperado. Estados Unidos impuso un sobrearancel del 5% a la carne de Nueva Zelanda, uno de sus proveedores tradicionales. Esto eleva su arancel total al 15%, por encima del 10% que tributaba.
“Nueva Zelanda tiene ahora en el arranque de la primavera un periodo de fuertes ventas de carne, básicamente de los toros que salen de la producción del rodeo lechero. Ese 5% como que nadie lo tenía en el radar”, apuntó.
Esto podría hacer que su carne sea demasiado cara para el mercado estadounidense, empujándola naturalmente hacia destinos alternativos como China. “Algo similar con el caso de Brasil”, alegó.