El sector productivo llega a la reunión convocada por Senacsa el próximo martes con una postura contundente: suspender la vacunación contra la fiebre aftosa en el corto plazo no tiene impactos económicos comerciales significativos a favor y expondría al país a un riesgo sanitario “altísimo”.
Así lo afirmó Marco Panciotto, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC), en diálogo con Valor Agro.
Explicó que el análisis económico liderado por los principales gremios agropecuarios, ARP, Appec y CEA, concluye que el país no obtendría nuevos mercados ni premios diferenciales por avanzar hacia un estatus libre sin vacunación. “Comercialmente no hace absolutamente ningún sentido; no hay ningún mercado nuevo que ganaríamos”, señaló Panciotto.
El dirigente remarcó que los precios internacionales no ofrecen incentivos suficientes para asumir un cambio de estatus sanitario. “No hay un valor realmente significativo que podríamos ganar en exportaciones de ninguna manera”, insistió.
Los efectos de dejar de vacunar: un impacto económico estimado en US$ 580 millones
El estudio presentado por los gremios establece que dejar de vacunar generaría un perjuicio económico inmediato, principalmente por la pérdida de resiliencia sanitaria, la caída en la confianza internacional y los eventuales cierres de mercados ante cualquier foco.
“El impacto económico total, según el modelo estático, es de 580 millones de dólares de pérdida”, afirmó Panciotto. Los gremios consideran esta cifra como un argumento determinante para no asumir riesgos que no tengan un retorno concreto.
Un riesgo sanitario “altísimo” en un país que no está preparado
Además del aspecto económico, el sector primario advierte que la infraestructura sanitaria nacional todavía no está en condiciones de sostener un modelo sin vacunación. Según explicó Panciotto, los gremios realizaron un análisis detallado del plan de transición, en el que identificaron puntos críticos.
“El riesgo que corremos por dejar de vacunar es altísimo, sobre todo en el corto plazo”, aseguró. Agregó que “no estamos listos, y esto requiere varios pasos previos que van a tardar mucho más que una decisión apresurada del Senacsa”.
La capacidad de respuesta ante eventuales focos, la trazabilidad plena, la vigilancia epidemiológica y la capacidad operativa son algunos de los temas señalados como insuficientes para un cambio inmediato.
El costo político y sanitario de una decisión sin consenso
El sector advierte, además, sobre la falta de participación privada en la definición del camino sanitario. “El sector productivo tiene que estar activamente involucrado, y hasta ahora no lo estuvo”, señaló Panciotto.
Para los gremios, tomar una decisión sin incorporar a los productores, responsables directos de sostener la sanidad nacional, agregaría un riesgo adicional al ya complejo escenario económico.
“No se puede tomar una decisión de esta envergadura sin la coparticipación del sector privado”, enfatizó.
El encuentro del próximo martes será determinante para definir si Paraguay mantiene su política sanitaria o si se avanza hacia un escenario sin vacunación. Los gremios llegan con un mensaje claro: no hay beneficios comerciales, los costos serían millonarios y los riesgos, demasiado altos.
