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Establecimientos sin pasto ni agua para mayo, deben optar por reducir la carga ganadera

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Establecimientos sin pasto ni agua para mayo, deben optar por reducir la carga ganadera

Rossana Riveros| Valor Agro

Mientras algunas zonas del Chaco reciben lluvias , otras enfrentan una  sequía. El productor ganadero Egon Neufeld advirtió que, si las condiciones persisten, el movimiento de hacienda podría intensificarse antes del invierno, lo que requiere previsión en la gestión forrajera.

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El productor explicó que el Chaco atraviesa el fenómeno de La Niña, lo que ha provocado lluvias abundantes en el oeste, una zona normalmente seca, mientras que en el este, sobre el río Paraguay, persiste la sequía. En Agua Dulce, las precipitaciones han sido irregulares, con diferencias de hasta 200 mm en distancias cortas. En el Chaco Central también hubo lluvias importantes, aunque algunas áreas al norte, como Guálida, no recibieron la misma cantidad.

“El clima es muy variable, por lo que hablar de una situación generalizada es complicado. En términos generales, en el oeste ha llovido bien, mientras que en el este, sobre el río Paraguay, donde normalmente hay más lluvias, hay sequía. El fenómeno de La Niña está bien instalado”, afirmó.

Impacto en la ganadería. Sobre las zonas afectadas por la sequía y su impacto en la producción ganadera, Neufeld señaló que, si La Niña se mantiene hasta abril, como indican los pronósticos, podría haber un movimiento anticipado de hacienda antes del invierno, similar a lo ocurrido en 2022-2023, cuando a partir de marzo comenzó la venta y traslado de animales.

“La demanda de heno será alta en esas zonas. Es evidente que la productividad bajará debido a la reducción en los índices de preñez y el menor peso de destete. Además, habrá un fuerte movimiento de hacienda debido a la necesidad de reducir cargas en los campos afectados”, comentó.

No obstante, advirtió que el clima en el Chaco es muy cambiante, por lo que una lluvia repentina podría llenar los tajamares y mejorar la disponibilidad de agua. En este contexto, destacó que los productores tienen hasta mayo para tomar decisiones clave.

“Los establecimientos que no logren recuperar pasto y agua para entonces deberían reducir su carga ganadera en lugar de enfrentar un invierno prolongado sin garantías. Nadie sabe cómo será la próxima primavera”, sostuvo.

Estrategia para la rentabilidad ganadera. Neufeld explicó que la rentabilidad del negocio depende de tomar decisiones oportunas. Advirtió que ofrecer heno a partir de junio ya no es rentable, ya que el gasto en suplementación se traduce en un mantenimiento sin retorno económico. “Forrajear hacienda desde junio en adelante no tiene sentido económico”, enfatizó.

Si bien la suplementación puede ser viable en agosto, en caso de que se prevean lluvias en los siguientes meses, hacerlo en pleno invierno resulta inviable. “Por eso, lo mejor es reducir la carga antes de esa etapa. Sin embargo, mover hacienda de cría es complicado, ya que implica vacas con terneros al pie o preñadas. En cambio, la hacienda seca sí se puede destinar a frigorífico”, explicó.

Otro desafío es la disponibilidad de agua. “Algunos establecimientos tienen suficiente pasto, pero las lluvias han sido escasas y los tajamares no han acumulado suficiente agua. El problema del agua es inmediato, mientras que la falta de pasto se puede amortiguar a lo largo de meses”, señaló.

Por último, Neufeld subrayó la importancia de la planificación. “Todavía es posible generar reservas forrajeras como heno, pero las decisiones deben tomarse con anticipación. A partir de junio, la suplementación deja de ser rentable. En cambio, quienes logren sostener la producción a base de pastura hasta agosto y luego comiencen con suplementación tendrán mejores perspectivas”, concluyó.