En un contexto donde la ganadería sudamericana avanza hacia sistemas cada vez más exigentes en eficiencia, adaptación y calidad de carne, la genética adaptada se consolida como una herramienta decisiva para transformar productividad en rentabilidad.
En regiones subtropicales y tropicales, como gran parte de Paraguay, el desafío no es solo producir más kilos, sino hacerlo con animales capaces de expresar su potencial en ambientes de altas temperaturas, presión sanitaria y variabilidad forrajera.
Esa fue la mirada que compartió Matías Pace, responsable de Producción y Comercial de El Bagual, durante su participación en Valor Agregado por Radio Asunción 1250 AM. Una visión que cobra especial relevancia para Paraguay, donde la genética Brangus que desarrolla la cabaña argentina comienza a posicionarse a través de Genmax.
El Brangus como herramienta económica, no solo genética
Desde su experiencia productiva en Formosa, Pace explicó que el Brangus debe entenderse como una herramienta de transformación económica, especialmente en ambientes de rigor climático. “La genética es un instrumento de cambio de rentabilidad en los campos. El desafío es producir el kilo más valioso posible según lo que el ambiente permita”, señaló.
El programa de El Bagual, iniciado en la década de 1980 y consolidado como cabaña Brangus desde los años 90, se apoya en una combinación de selección fenotípica, genotípica y uso intensivo de datos, incluyendo DEPs, siempre bajo la presión real del ambiente chaqueño. “El rigor ambiental termina siendo el gran filtro de selección. Lo que no funciona en Formosa difícilmente funcione en otros trópicos”, afirmó.
Adaptación, precocidad y calidad de carne
Uno de los puntos centrales de la charla fue la capacidad del Brangus para equilibrar adaptación y calidad de carcasa. En palabras de Pace, las zonas intermedias entre la pampa húmeda y los trópicos extremos encuentran en esta raza sintética una respuesta productiva integral: fertilidad, precocidad, eficiencia y carne apta para mercados exigentes.
“Cuando el componente índico es puro, la adaptación es alta, pero muchas veces se pierde acceso a determinados mercados de calidad. El Brangus, bien seleccionado, permite mantener adaptación sin resignar atributos carniceros”, explicó, destacando que estos criterios son cada vez más demandados por el comercio internacional.
Paraguay: potencial forrajero y desafío genético
Desde su análisis de campo, Pace remarcó que Paraguay cuenta con condiciones forrajeras excepcionales, particularmente en el Chaco, donde la producción de pasto y agua marca una ventaja comparativa clara. Sin embargo, observó que aún existe margen para masificar el uso del Brangus como herramienta de mejora productiva.
Matías Pace, responsable de producción y comercial de El Bagual de Formosa.
“Encontré ambientes prácticamente idénticos entre el Chaco paraguayo y el Chaco argentino. La diferencia es que del lado argentino el Brangus se masificó y permitió acceder a mercados más exigentes”, sostuvo. En ese sentido, consideró que el desafío no pasa solo por incorporar genética, sino por hacer volumen, sostener criterios de selección y pensar la raza como un proceso dinámico y en permanente evolución.
Un proyecto regional con mirada de largo plazo
El trabajo conjunto entre El Bagual y Genmax apunta precisamente a ese objetivo: ofrecer líneas de sangre adaptadas a los ambientes subtropicales y tropicales de Paraguay, complementarias a la genética ya existente, con foco en productividad real y resultados medibles en el campo.
“Paraguay tiene un camino enorme por recorrer. Las condiciones están dadas. La genética adaptada puede ser el punto de inflexión para producir más terneros, más kilos y más carne de calidad”, concluyó Pace, convencido de que el Brangus seguirá ganando protagonismo en la ganadería regional.
Para un país que busca consolidar su posicionamiento como proveedor confiable de carne al mundo, la genética, cuando está pensada para el ambiente, deja de ser un insumo más y se convierte en una decisión estratégica.
