La experiencia del Instituto Nacional de Carnes (INAC), de Uruguay se presenta como un ejemplo de organización y coordinación sectorial que Paraguay busca replicar, aunque hasta ahora la idea de crear un organismo similar no se ha concretado. Inés Invernizzi, gerente general del INAC, detalló cómo funciona esta institución, su trayectoria y el impacto que tiene en el sector cárnico uruguayo.
Invernizzi explicó a Valor Agro que el Instituto Nacional de Carnes es una organización pública o privada, una empresa de tipo paraestatal, cuyas autoridades son designadas por el gobierno, mientras que la junta directiva está formada por el sector privado, industriales y productores. La organización en sí tiene un funcionamiento similar al de una empresa privada.
Destacó que, con más de 50 años de historia, INAC tiene distintos cometidos, pero su visión principal es “posicionar a Uruguay en la excelencia como proveedor de carne al mundo. Uruguay exporta más del 80% de su producción por lo que es fundamental el posicionamiento internacional”, alegó.
Según señaló, para lograrlo, el instituto invierte en promoción internacional y en garantizar transparencia en la cadena de valor, tanto a nivel de mercado interno como en lo que se exporta, cumpliendo “un rol de mediación muy fuerte entre los distintos eslabones de la cadena”.
“El Instituto Nacional de Carnes tiene un plan de trabajo que lleva adelante y una fuerte inversión en exportación, con un involucramiento muy importante del sector privado”, señaló.
La clave, agregó, es el diálogo y la coordinación sectorial y es importante reconocer que son procesos que lleva tiempo. “Es clave para los países exportadores tener una mirada sectorial y una mirada de país hacia afuera. Lo fundamental, y lo que puedo aportar una mesa de diálogo como la que se da en INAC, es buscar los puntos en común y siempre con la visión de posicionar, en nuestro caso, a Uruguay como proveedor de carnes confiables y de calidad. Buscar esos consensos, esa agenda común, negociar y velar porque se muestren hacia fuera todas las bondades del sector y del país son fundamentales”, afirmó.
Uruguay ha logrado acceder a mercados muy exigentes, con buena parte de sus exportaciones dirigidas a Estados Unidos, China y la Unión Europea, además de Japón y Corea. “Estados Unidos ha bajado mucho su producción, inicialmente tras la sequía que ocurrió hace unos años, luego de faena de vientres, y el stock en sí no se ha podido recomponer. Es un mercado muy relevante y que por los próximos años lo seguirá siendo”. La industria cárnica uruguaya, según remarcó, es capaz de colocar “esa canasta de productos al mejor valor posible” en un mercado internacional dinámico y con perspectivas alentadoras.
Insistió en que la experiencia uruguaya demuestra que un instituto de la carne no solo impulsa la promoción y exportación de productos de calidad, sino que también fortalece la relación entre los distintos eslabones de la cadena productiva, genera transparencia, consenso y valor agregado para todo el sector.
Desde hace años, desde el sector productivo nacional alegan que la creación de un organismo similar podría ser un paso decisivo para consolidar la industria cárnica y acceder a mercados internacionales competitivos.
