La Cámara Paraguaya de la Carne participó de la reunión convocada por el Senacsa con todos los eslabones de la cadena para analizar el futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa. El encuentro, considerado un hito institucional, volvió a poner sobre la mesa la necesidad de tomar decisiones basadas en información científica y técnica, en un proceso que debe fortalecer la confianza público-privada.
El gerente general de la Cámara Paraguaya de la Carne, Daniel Burt, destacó a Valor Agro que el servicio sanitario “vive su mejor momento” y que el debate actual representa “una oportunidad para consolidar el rol técnico del Senacsa, evitando cualquier injerencia política”.
“Lo que Paraguay ha logrado en materia sanitaria es fruto de decisiones consensuadas, con base técnica y resultados concretos. No hablamos de promesas, sino de hechos que nos permitieron posicionar al país como un proveedor confiable en los mercados más exigentes”, subrayó Burt.
Construcción de confianza
El ejecutivo remarcó que la apertura de mercados alcanzada en los últimos años —Estados Unidos, Canadá, Singapur, Israel con carne con hueso, y las auditorías de Japón y Corea del Sur, entre otros— es consecuencia directa del profesionalismo con el que se fortaleció al Senacsa en las últimas dos décadas.
“Hace diez años hubiera sido impensable discutir un cambio de estatus sanitario. Hoy podemos hacerlo porque el sector público y privado decidieron tomar en serio la salud animal y profesionalizar las instituciones. Esa seriedad es la que abre puertas”, afirmó.
Decisión con rigor técnico
Si bien el plan oficial establece que 2026 sea la última vacunación, 2027 el primer año sin aplicación y 2028 el inicio del proceso de certificación internacional, la Cámara aún no fijó una postura definitiva. Según Burt, la propuesta del Senacsa está siendo analizada en detalle para dar una respuesta fundada en criterios científicos y en un estudio profundo de los riesgos y oportunidades.
“Nuestra posición será estrictamente técnica. Entendemos los temores que existen, pero también vemos que el Senacsa nos desafía a elevar la discusión a un debate nacional con rigor y transparencia”, señaló.
Para el sector industrial, la clave está en sostener la alianza público-privada que permitió avanzar hasta aquí y seguir apostando por resultados medibles. “Las habilitaciones que Paraguay viene logrando en el mundo no son fruto de discursos ni de promesas, sino de hechos concretos, auditorías superadas y confianza ganada”, concluyó Burt.