Rossana Riveros| Valor Agro
Lo que comenzó como una pequeña granja familiar hoy se ha transformado en un establecimiento ovino en crecimiento, con genética mejorada, manejo eficiente y proyección hacia el mercado formal. Zoraida G. Segovia, de la Cabaña ZG, destacó que su estancia busca consolidar la producción y fomentar el consumo de carne ovina. Además, como integrante de la Asociación de Criadores de Santa Inés, trabaja en la expansión de la ovinocultura paraguaya y en la importancia de sumar nuevos productores
La productora comentó que iniciaron en la ovinocultura hace tiempo, cuando el predio era solo un lugar de descanso familiar. “Teníamos dos o tres ovejitas criollas antiguas que prácticamente no producían nada, además de alguna que otra vaquita”, recordó.
Entre 2018 y 2019 comenzaron a incorporar más animales al establecimiento, y la pandemia “les dio la oportunidad de vivir ahí”, lo que les permitió enfocarse más en el lado productivo.
“Fue entonces cuando empezamos a tomar en serio la cría ovina, trabajando con las razas Santa Inés y Dorper. Con el tiempo también incorporamos cabras de la raza Boer. Nos enfocamos en el manejo y la sanidad, mejoramos el corral para que los animales tuvieran mejores condiciones de desarrollo y conocimos personas del rubro que nos enseñaron cómo crecer en esta actividad. Hoy, después de varios años, hemos posicionado la Cabaña ZG”, contó.
Señaló que el trabajo consiste en un manejo y plan sanitario riguroso, apostando en la mejora genética del rebaño para la producción de animales para faena, lo que permite obtener corderos más pesados en menos tiempo y con menores costos en alimentación, logrando optimizar y rentabilizar el ciclo productivo.
Actualmente, están cerca de alcanzar los 300 vientres en el rebaño, con la intención de llegar a los frigoríficos y restaurantes. También han desarrollado subproductos como chorizos, hamburguesas y cortes de res, lo que ayuda a una mayor aceptación del sector al diversificar la oferta y adaptarse a diferentes gustos y necesidades de los consumidores. Esto atrae a un público más amplio, fomenta la fidelidad al ofrecer opciones variadas y facilita la entrada en nuevos nichos de mercado.
El rubro. Sobre el crecimiento del sector tras la habilitación de un mercado de exportación, indicó que este logro “es un empujón que todos necesitaban”, ya que ahora cuentan con un frigorífico habilitado. “Antes, solo había uno o dos, y cada cabaña se manejaba de manera rústica”, explicó.
“Esto motiva a que más personas críen vientres para producir corderos. También es una invitación del sector frigorífico a los ganaderos para que incursionen en la ovinocultura. Es una gran oportunidad, ya que la inversión es mínima en comparación con la ganado mayor”, sostuvo.
Indicó que uno de los principales desafíos es aumentar la majada y sincronizar la producción de corderos durante todo el año, dado el creciente interés de los consumidores en la carne ovina.
Asimismo, destacó el aumento de productores que se suman al rubro, ya que es rentable. “El precio de la carne de cordero puede costar entre G. 38.000 a 45.000 el kg”, mencionó.
Sobre la inclusión de jóvenes en la ovinocultura, mencionó que muchos ingresan sin conocer a nadie del sector, pero encuentran personas dispuestas a enseñar y difundir el rubro. “Eso nos abre puertas y nos permite seguir creciendo”, apuntó.
Zoraida es miembro de la Asociación de Criadores de Santa Inés y comentó que, si bien aún hay pocos jóvenes en el sector, se trabaja para impulsarlos. “Estamos motivando a los estudiantes de las carreras afines, simpatizantes del sector, y a los hijos de los productores para que se interesen en la actividad y la raza”, afirmó.
“La invitación está abierta para todos los jóvenes que quieran sumarse y aprender. Estamos dispuestos a enseñarles sobre nutrición y manejo, porque necesitamos que más personas se involucren. Queremos formalizar aún más el rubro y expandirlo en todo el país”, enfatizó.
Consultada sobre la presencia de productos ovinos en góndolas y restaurantes, señaló que se están posicionando como un producto premium con gran aceptación. “En Cabaña ZG estamos incursionando en la producción de hamburguesas, chorizos y cortes envasados, que están teniendo muy buena recepción. Queremos llegar a todo el país”, resaltó.
Respecto al mayor desafío en la ovinocultura, subrayó que, como asociación, buscan aumentar el consumo nacional y organizar más eventos para atraer a nuevos interesados. “A veces, hacemos invitaciones y vienen los mismos de siempre. Para cualquier capacitación, desde sanidad hasta manejo de engorde intensivo, estamos promoviendo la participación porque la ovinocultura es un rubro rentable y con buen margen de ganancia”, concluyó.