Tras varios años de marcada sequía y deterioro en la producción bovina, el Chaco paraguayo experimenta actualmente un giro positivo en sus condiciones climáticas y productivas. El fin del invierno y la entrada de la primavera trajeron consigo un régimen de lluvias más generoso y generalizado, favoreciendo el rebrote de pasturas y mejorando la condición corporal del ganado, especialmente en el Alto Chaco.
Esta situación ha reactivado el interés del mercado y alimenta expectativas favorables para el próximo ciclo productivo, aunque con desafíos estructurales aún latentes.
En diálogo con Valor Agro, el productor ganadero Egon Neufeld sostuvo que en el Alto Chaco ya se observa un rebrote significativo de las pasturas, con animales en buen estado general. Sin embargo, aclaró que en el Bajo Chaco la situación es muy distinta: “Hay zonas que siguen con condiciones críticas de sequía, especialmente a lo largo de la Transchaco”.
Remarcó que falta ganado en todos lados. La oferta forrajera actual y el espacio que quedó tras los años de sequía hicieron que todos los precios estén altos. “Las vaquillas, vacas… se venden fácilmente y a valores muy interesantes. Y ni qué decir de los terneros”, detalló.
Una de las razones principales detrás del faltante de terneros es la caída sostenida de la producción en años anteriores, exacerbada por la alta faena de hembras, muchas de ellas preñadas. “Se estima que entre un 25% y hasta un 40% de las vientres faenadas estaban preñadas. Eso se tradujo en una merma importante en el stock de terneros, tanto el año pasado como este, y se reflejó en los registros de vacunación”, señaló.
El desequilibrio entre la demanda firme y la oferta reducida mantiene los precios en el mercado frigorífico estables y altos, incluso en valores históricos al considerar su equivalencia en dólares. “Para la ganadería esto es positivo, pero para la industria los márgenes se han reducido. Aun así, el mercado se mantiene muy firme y vemos un escenario muy favorable para los próximos meses y el siguiente año”, proyectó.
Respecto a las inversiones en el sector, Neufeld fue cauto al señalar que el proceso será lento y condicionado por la necesidad de sanear pasivos acumulados durante los años difíciles. “Después de tanto tiempo sin invertir, lo que más se hizo fue alquilar. Hoy el sector financiero necesita recuperarse; el productor está muy endeudado. Este es un buen momento para ordenar las finanzas, más que para expandirse”, indicó.
Además, advirtió que el retorno sobre el capital invertido ha caído drásticamente en comparación con 15 años atrás, mientras que los costos de producción siguen en aumento. “Aunque la situación actual parece atractiva, no creo que las inversiones fuertes vengan del mismo sector. El crecimiento podría venir más bien desde afuera, porque hay inversionistas mirando con interés la solidez económica del país, su modelo tributario y las oportunidades que ofrece Paraguay”, subrayó.
Así, el panorama ganadero del Chaco se perfila como un camino de recuperación paulatina pero con bases más firmes, donde la sostenibilidad, el orden financiero y la planificación a largo plazo serán claves para consolidar el repunte.