En el marco del impulso hacia una ganadería más responsable y adaptada a las demandas actuales del mercado y el ambiente, representantes del sector productivo destacaron la importancia de incorporar prácticas sostenibles como parte de una estrategia de desarrollo a largo plazo.
En ese sentido, Calixto Saguier, Miembro de la Comisión Directiva Central de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), sostuvo que las prácticas sostenibles son un motor de cambio positivo que generan beneficios económicos, ambientales y sociales.
En el marco del taller “Oportunidades para reducir emisiones y apoyar la producción ganadera sostenible en Paraguay”, organizado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) y Clean Air Task Force (CATF) y en su presentación, denominada “Las perspectivas de los productores rurales de Paraguay”, destacó que los productores ya no ven a la sostenibilidad como un costo, sino que la valoran como una inversión que apunta a generar un importante impacto económico, ambiental y social, según destacaron desde la ARP.
Resaltó que la visión de la producción actual es la búsqueda del equilibrio entre la rentabilidad y el cuidado ambiental para mantener la productividad a largo plazo, reconociendo que la trazabilidad y las certificaciones abren mercados y mejoran la imagen de la carne paraguaya en el mundo.
Comunicó que entre las prácticas de producción sostenible empleadas se pueden nombrar al manejo de pastizales y pasturas, protección de áreas naturales, uso eficiente del agua, el bienestar animal, entre otras.
Oportunidades. El Directivo de la ARP destacó que la producción sostenible presenta un gran abanico de oportunidades como la financiación y el mercado demandante para la reforestación, las ventas de créditos de carbono, la existencia de nichos de mercado para la carne, el aumento de la demanda mundial y la revalorización de la carne por el cambio del hábito de consumo.
No obstante, hay aún obstáculos que hay que sortear como el desconocimiento de los beneficios que generan buenas prácticas de manejo, la necesidad de una comunicación clara y efectiva entre actores de la cadena para alinear estrategias y generar confianza, plazos de financiamientos no acordes al negocio ganadero, volatilidad de los precios del mercado, falta de asistencia técnica y capacitación, riesgos climáticos, y déficit en infraestructura y logística.
El Directivo de la ARP sostuvo que las prácticas sostenibles son un motor de cambio positivo que generan beneficios económicos, ambientales y sociales.
Además, señaló que hay que enfocarse en la capitalización de los buenos precios para invertir en innovación, eficiencia y valor agregado, en la adaptabilidad a las condiciones del mercado, y en el uso responsable de los recursos naturales para asegurar sostenibilidad.
El ganadero finalizó destacando que el sector ganadero necesita una mayor previsibilidad del negocio como pilar para atraer inversiones e impulsar su crecimiento.