La ovinocultura paraguaya atraviesa un momento de consolidación y expansión, con cada vez más productores incorporándose al sector y elevando tanto la calidad genética como la visibilidad de la actividad.
“La ovinocultura está creciendo en cantidad, calidad y visibilidad, y cada vez hay más criadores comprometidos con la mejora genética y la profesionalización del sector”, afirmó Laura Mendoza, presidenta de la Asociación Paraguaya de la Hampshire Down.
Señaló que este año ha sido especialmente relevante para fortalecer la participación de nuevos criadores y consolidar la presencia de la raza Hampshire Down en exposiciones y remates.
Según Mendoza, el crecimiento del sector no se mide solo en números, sino también en la calidad de los ejemplares y en la consolidación de los criadores. “Uno de los logros más importantes es que logramos que la Hampshire Down, y por extensión toda la ovinocultura, tenga visibilidad y calidad reconocida”, aseguró.
Sobre los desafíos más importantes sostuvo que se basan en dos aristas clave, el de mejorar la tasa de preñez en los animales y aumentar el número de ejemplares disponibles mediante importaciones.
“Estaremos importando más de 35 hembras puras de pedigree desde Argentina, provenientes de tres cabañas que estarían llegando a fines de diciembre o principios de enero, porque es la única forma de incrementar el stock”, explicó.
La combinación de genética local mejorada y la importación de animales de alta calidad permite fortalecer la producción y proyectar un crecimiento sostenido.
En cuanto a los precios, los remates de este año ofrecieron valores atractivos desde los animales de base hasta los puros de pedigrí, incentivando la inversión en genética y estimulando a nuevos productores a incorporarse. “Los buenos precios en los remates motivan a los productores y aseguran que la actividad sea rentable y sostenible”, explicó.
La raza Hampshire Down, que ha estado presente en Paraguay durante años, pero permaneció en gran medida “dormida”, ha experimentado un fuerte repunte en los últimos cinco años.
Subrayó que su posicionamiento se refleja en la cantidad de animales en pista, la calidad racial, y el incremento de nuevos criadores en todo el país. Este crecimiento incluye el uso de técnicas avanzadas como inseminación con semen inglés y transferencia embrionaria, así como la importación de hembras puras de Argentina para mejorar la genética local. “Cada vez tenemos mejor calidad genética y estamos trabajando para poder exportar animales en el futuro”, aseguró Mendoza.
Más allá de la Hampshire Down, la asociación ha buscado consolidar el sector ovino en general. Entre las acciones destacadas se encuentran alianzas con otras razas para eventos conjuntos, el reconocimiento a quienes aportan al desarrollo de la ovinocultura y la creación de espacios de visibilidad como la “Noche del Cordero y la Caña”, que ya se ha convertido en un ícono del sector. “Queremos premiar en vida a quienes contribuyen al crecimiento de la ovinocultura, independientemente de la raza que crían”, indicó.
Con una demanda creciente, buena rentabilidad, mayor profesionalización de los criadores y visibilidad del sector, la ovinocultura paraguaya proyecta consolidarse en los próximos años.
