En plena temporada de servicios, cuando la producción de terneros se vuelve un eje estratégico para la ganadería paraguaya, la sanidad de los vientres aparece como uno de los factores más determinantes para asegurar resultados reproductivos y económicos. En un contexto donde se proyecta una menor oferta de terneros y con valores históricamente altos por kilo, cada falla sanitaria representa una oportunidad perdida de producir y de capturar ingresos.

“La ganadería hoy funciona como una máquina, y si alguna pieza falla, el impacto económico es muy grande”, explicó Andrey Luctael, médico veterinario de Rural Makro – Rural Center, en diálogo con Valor Agregado Paraguay. Desde su experiencia en campo, remarcó que los protocolos sanitarios en la etapa previa al servicio no deben verse como un costo, sino como una inversión directa en eficiencia reproductiva.

Luctael detalló que, tanto en datos relevados en Paraguay como en estudios de Brasil, las pérdidas asociadas a un manejo sanitario deficiente son contundentes. “En vacas de cría, la presencia de verminosis y ectoparásitos genera una reducción de entre 10 y 15% en la ganancia de peso, además de atrasos en la edad al primer parto”, señaló. Pero el impacto no se limita al peso: “También observamos bajas en la tasa de preñez de entre 5 y 15%, y eso, en términos prácticos, es perder terneros”.

A esto se suman las enfermedades reproductivas, como leptospirosis, IBR y BVD, que pueden provocar caídas aún más severas en los índices reproductivos. “Estas enfermedades pueden generar reducciones de entre 5 y 20% en la tasa de preñez, aumentar los abortos, hacer que las vacas repitan celo y, en muchos casos, terminar en descartes de vientres”, explicó el profesional.

Cada vaca que no produce un ternero en el año representa una pérdida directa en un momento en el que el negocio del ternero atraviesa un escenario muy favorable.

Otro punto crítico señalado por Luctael es la tristeza parasitaria bovina, una problemática frecuente en muchos establecimientos del país. “En casos endémicos, vemos mortalidades del 5 al 10%, y los animales que sobreviven pueden perder más de 30 kilos. Es un impacto económico muy fuerte si se lo analiza en números”, advirtió.

Dr. Andrey Lucatel, médico veterinario de Rural Makro – Rural Center

Desde Rural Makro – Rural Center, el enfoque no se limita a la venta de productos veterinarios, sino a un trabajo integral de asesoramiento. “Intentamos trabajar de forma consultiva, yendo a la estancia, evaluando la realidad de cada sistema y diseñando soluciones acordes. Los datos que mencionamos son generales, pero muchas veces el productor no tiene los números de su propio establecimiento, y sin datos es imposible medir dónde se está dejando de ganar”, subrayó Luctael.

En un escenario de precios firmes y perspectivas positivas para los próximos años, la sanidad de los vientres se consolida como una de las herramientas más efectivas para mejorar la rentabilidad. “Hoy producir más terneros es producir más dinero. El pronóstico es muy bueno y tenemos que tener todo bien hecho para no perder oportunidades”, concluyó.

La preparación sanitaria de los vientres, con protocolos claros, seguimiento y control, se transforma así en un pilar central para reducir riesgos, maximizar la tasa de preñez y sostener la competitividad de la ganadería paraguaya en un contexto donde cada ternero cuenta.