El mercado chileno de la carne vacuna cerró el mes de noviembre con señales claras de mayor dinamismo, tanto en volumen como en valores, en un contexto que combina factores estacionales con un cambio político que el sector sigue de cerca.
El triunfo de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales abrió expectativas de un giro en la orientación económica del país, con una mirada más favorable hacia la apertura comercial y el fortalecimiento de los vínculos regionales, lo que comienza a reflejarse en el ánimo de los operadores.
De acuerdo con los datos oficiales difundidos por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), Chile importó en noviembre unas 23.000 toneladas de carne vacuna, lo que representó un incremento cercano a las 4.000 toneladas respecto a octubre y el mayor volumen mensual desde agosto.
El editor de Faxcarne, Andrés Oyhenard, explicó a Valor Agro que este comportamiento responde en gran medida a la estacionalidad propia del mercado chileno, donde los meses previos a las fiestas de fin de año suelen concentrar mayores compras para abastecer la demanda de diciembre y los primeros días de enero, sumándose además el efecto de las Fiestas Patrias de septiembre.
Junto con el aumento del volumen, también se observó una mejora en el valor medio de importación, alcanzando uno de los niveles más altos de los últimos meses. “Este dato refuerza la idea de que la demanda chilena se mantiene firme, incluso en un escenario de ajustes económicos y cambiarios, y confirma el atractivo del mercado para los países exportadores de la región”, apuntó Oyhenard.
En cuanto al origen de la carne importada, noviembre consolidó un cambio que ya se venía gestando desde mediados de 2024. Brasil se afirmó como el principal proveedor del mercado chileno, concentrando alrededor del 62% del total importado, con poco más de 14.000 toneladas. Paraguay, que hasta hace poco lideraba cómodamente las colocaciones en Chile, quedó relegado en noviembre a unas 6.000 toneladas, en una tendencia que el mercado empieza a considerar de carácter más estructural que coyuntural.
Para Oyhenard, este desplazamiento se explica fundamentalmente por la competitividad de precios. El valor medio de exportación de la carne paraguaya se ubicó en noviembre en torno a los 7.200 dólares por tonelada, mientras que la carne brasileña ingresó al mercado chileno a un promedio cercano a los 6.200 dólares por tonelada.

Andrés Oyhenard, editor de Faxcarne
“La diferencia, de aproximadamente 1.000 dólares por tonelada para cortes similares, ha llevado a que grandes cadenas de supermercados y compradores de volumen redirijan una parte creciente de sus compras hacia Brasil”, apuntó el analista.
En paralelo, Paraguay mantiene una presencia más fuerte en nichos específicos, vinculados a calidad, reputación y consumo en restaurantes.
A este escenario se suman factores externos que también influyeron en la dinámica regional. Oyhenard dijo que durante buena parte de 2024, Brasil enfrentó restricciones adicionales para acceder al mercado estadounidense, con un arancel extra del 50%, lo que alteró temporalmente su flujo exportador. Superada esa etapa, el país recuperó competitividad y logró reposicionarse con fuerza en mercados como el chileno, aprovechando su escala y precios más agresivos.
El triunfo de Kast y la mirada del mercado a futuro
En el plano político y macroeconómico, el mercado siguió con atención la reacción tras el triunfo de José Antonio Kast. Según el análisis de Andrés Oyhenard, editor de Faxcarne, la victoria del nuevo presidente no generó sorpresa entre los operadores, pero sí un clima de mayor optimismo.

José Antonio Kast, presidente electo de Chile.
“El mercado interpreta que la nueva administración podría impulsar una política económica más orientada a la apertura y a la consolidación de relaciones comerciales con los países de la región, lo que sería positivo para el comercio de alimentos y proteínas”.
Oyhenard comentó que en las semanas posteriores a las elecciones, el peso chileno mostró una depreciación frente al dólar, un factor que incide directamente en el negocio importador. “Si bien este movimiento cambiario introduce cautela, no ha frenado el interés de los compradores, que ya comienzan a evaluar las primeras compras para los embarques previstos para el inicio de 2026”.
En ese sentido, algunos operadores perciben una mejora en el ánimo del mercado, anticipando un escenario de mayor previsibilidad y dinamismo en el mediano plazo.
La primera señal política relevante fue el viaje de José Antonio Kast a Argentina, interpretado por el sector como un gesto hacia el fortalecimiento de los vínculos regionales. Más allá de afinidades ideológicas, el mercado entiende que Chile podría buscar un reposicionamiento estratégico en el comercio regional, con impactos directos sobre la importación de carne vacuna.
De cara a 2026, el mercado chileno seguirá siendo un destino clave para los exportadores del Mercosur. Para Paraguay, el desafío estará en recuperar competitividad frente a Brasil sin perder su posicionamiento en segmentos de mayor valor, mientras que la evolución de la política comercial chilena será determinante para definir el ritmo y la estructura de las importaciones, consideró el especialista.
