El sector agroindustrial paraguayo comienza a mostrar señales claras de diversificación, con un crecimiento que va más allá de la tradicional carne bovina. Un ejemplo de esto es el retorno de JBS al país, una de las mayores empresas cárnicas del mundo, con una fuerte inversión en el rubro avícola con una estrategia que abarca también el rubro porcino y bovino.
Este movimiento de una multinacional de gran escala no es aislado. Según el gerente general de Pioneros del Chaco Ricky Penner, este tipo de apuestas son posibles gracias a la apertura de nuevos mercados internacionales que están demandando productos como carne de cerdo y pollo, generando así un entorno más atractivo para la inversión y el desarrollo agroindustrial.
“Paraguay se está posicionando hacia otros rubros también, gracias a que se abrieron nuevos mercados y empiezan a haber más posibilidades de exportar carne de cerdo y pollo”, expresó Ricky.
Este cambio de escenario impulsa también a regiones como el Chaco, donde se está construyendo una base sólida para apoyar esta diversificación.
La reciente puesta en marcha de una industria aceitera que produce harina de soja abre la puerta a la producción local de proteína animal, utilizando insumos generados en el mismo territorio. Esto permite integrar cadenas productivas completas, reducir costos y crear nuevas oportunidades para el desarrollo regional.
Añadió que el interés de grandes empresas internacionales confirma que el Paraguay agroindustrial está madurando y diversificándose, dejando atrás el modelo centrado únicamente en materias primas y avanzando hacia una industria más integrada, sostenible y orientada a la exportación de productos con mayor valor agregado.
El pasado 2 octubre, el presidente de la República Santiago Peña anunciaba el retorno de JBS a Paraguay, con una primera inversión de US$ 135 millones para la instalación de una planta de pollo. La confirmación se realizó durante una visita a la fábrica de la compañía en Dorado, Mato Grosso do Sul, Brasil.