Este sábado, bajo un sol que parecía no dar tregua, la pista de la Expo Nacional Brangus de Primavera 2025 se convirtió en escenario de una de las competencias más esperadas del año.
El calor se sentía en cada rincón, pero los criadores y el público permanecieron atentos: sabían que no era una tarde cualquiera. Era la oportunidad de ver reunida a la élite del Brangus paraguayo, en un contexto de mercados firmes y precios históricos, donde la genética local está llamada a ser protagonista a nivel mundial.
“De verdad dio gusto trabajar con esta calidad de animales. Un lujo, sinceramente”, dijo el jurado Enrique Terol a Copa TV al terminar la jornada. Sus palabras no fueron casuales. Lo que vio en pista reflejó años de selección, inversiones y convicción de los criadores paraguayos.
Genética que marcó…
Entre los momentos que quedaron grabados estuvo la aparición de uno de los reproductores más caros en la historia del país, símbolo de la confianza en la genética como motor de crecimiento. Y el punto más alto llegó con la consagración de una vaca que alcanzó el Tetra Gran Campeonato, un hecho sin precedentes que arrancó aplausos y emociones en las gradas.
Para Terol, estos logros no son aislados: “Estamos teniendo un crecimiento en la raza, un adelanto genético importante, genética que está saliendo de Paraguay para el país y seguramente para el mundo también. La asociación está haciendo un enorme trabajo de difusión de esa genética y eso se evidencia en la pista”.
El dato más llamativo, quizás, fue la fuerte presencia de padres nacionales en los ejemplares adultos y jóvenes, que ocuparon lugares de privilegio en las filas finales. Una señal clara de que la genética paraguaya ya no solo compite, sino que marca tendencia en el escenario internacional.
La funcionalidad, ante todo.
El jurado, con un tono firme, explicó cuál fue la brújula que lo guió al ordenar las filas: “El punto número uno que buscamos siempre es la funcionalidad, que los animales sirvan tanto acá en pista como en el campo. Eso fue la base de todo”.

Enrique Terol, jurado de calificación; junto a Felipe Giménez, integrante de Agroganadera Pukavy. Foto: Eugenia Villalba, Ver de Campo.
Esa búsqueda incluyó, detalló, atributos ligados directamente a la producción: carne, precocidad, preñeces tempranas y circunferencias escrotales en los machos. Pero insistió en algo que para él resulta irrenunciable: “Sobre todo buscamos funcionalidad, patas, locomoción, la longevidad de los animales en los rodeos”.
Esas palabras, más allá de un análisis técnico, marcaron el espíritu del juzgamiento. Cada animal no era solo belleza de pista, sino promesa de productividad en el campo.
Futuro en marcha, una mirada al Mundial.
Cuando se le preguntó sobre la evolución de la raza en el país, Terol no dudó: “Vamos por buen camino desde cualquier punto de vista. Venimos haciendo este trabajo de juzgamiento en varias ocasiones y realmente el adelanto genético es importantísimo”.
Ese “camino” al que se refirió mira más allá del presente. Porque mientras la vaca Tetra Campeona recibía su distinción y el calor apretaba todavía más, en el aire se respiraba la idea de que Paraguay ya se prepara para un desafío mayor: el Mundial Brangus 2028.
Será entonces cuando el país, productor de carne por excelencia, muestre al mundo el fruto de la pasión y el trabajo que hoy se reflejan en cada campeonato. Y quizás, al recordar aquella tarde calurosa de 2025, muchos entiendan que en esa pista comenzó a escribirse parte de la historia que viene.