El 2025 se consolida como uno de los años de mayor expansión para la producción bubalina en Paraguay, con récords de participación en ferias, precios históricos en remates y un crecimiento sostenido del hato nacional que confirma una demanda que aún supera la oferta disponible.
El presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Búfalos (Apacribu), Bruno Garelli, definió el momento como “un año superpositivo, con nuevos productores, precios históricos y un interés que sigue en aumento”, remarcando el compromiso de la asociación de acompañar técnica y estratégicamente a quienes se incorporan a esta especie que se posiciona como una alternativa rentable y adaptable para el campo paraguayo.
Según explicó, el mercado muestra una dinámica sin precedentes. “Lo que tuvimos en venta se fue al 100%, con precios que superaron ampliamente las expectativas. Nos quedamos cortos de oferta otra vez”, afirmó a Valor Agro sobre el cuarto remate anual de búfalos, considerado uno de los más exitosos del sector.

Bruno Garelli, presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Búfalos (Apacribu).
Parte de este impulso proviene del mejoramiento genético, un proceso que en Paraguay comenzó a aplicarse de forma sistemática recién hace tres años. Históricamente, el país trabajó con una hacienda bubalina con una gran mezcla de sangre y basada casi exclusivamente en monta natural, pero hoy las técnicas reproductivas muestran resultados claros. “Ya estamos viendo animales mejorados, no solo en biotipo, sino también en producción de carne y leche”, destacó Garelli.
El avance técnico quedó en evidencia durante la Expo 2025, que registró un récord de ejemplares en exposición y atrajo a productores y nuevos emprendedores. La rentabilidad del búfalo y su capacidad de adaptarse a ambientes donde el vacuno enfrenta limitaciones.
Este crecimiento también responde a un cambio profundo en la percepción del productor. El búfalo dejó de verse como un animal “exótico” y pasó a ser una categoría con manejo profesional, retención de vientres y planificación reproductiva.
Sostuvo que en los últimos cuatro años se tuvo un crecimiento en torno al 37% anual, siendo la única especie ganadera que aumentó sostenidamente incluso en los años más complejos para el vacuno. “Según los datos de Senacsa, el búfalo es el único que no disminuyó en cantidad”, subrayó.
No obstante, el principal obstáculo para sostener este ritmo es la limitada disponibilidad de animales en volumen. A pesar de la alta eficiencia reproductiva, la demanda supera a la oferta local. La importación desde Brasil continúa bloqueada por trabas sanitarias, mientras que desde Argentina el freno es impositivo, debido al impuesto aplicado a la exportación de animales vivos. “Lo que hoy impide traer búfalos es exclusivamente un tema impositivo”, afirmó Garelli. Como alternativa, Paraguay evalúa sumarse a un plan argentino de importación de genética desde India, país con amplia disponibilidad de vientres.
Por último, el presidente de Apacribu mencionó la formalización del convenio de cooperación con la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional, orientado a fortalecer la formación académica en producción bubalina. “Era una deuda pendiente; no teníamos capacitación local en el área”, reconoció, aunque aclaró que este avance, si bien importante para el futuro, queda en segundo plano frente al dinamismo productivo que atraviesa hoy la especie en el país.
