Durante 2025 y 2026, Australia afianzará su posición como uno de los líderes globales en la producción y exportación de carne vacuna y ovina. Este fortalecimiento se verá impulsado por una combinación de factores clave: una demanda internacional sólida, avances en genética animal y condiciones climáticas favorables.
El año 2025 está marcado por cifras históricas: la producción de carne de vacuno se estima en 2,90 millones de toneladas, un 12,3% más respecto a las 2,58 millones de t de 2024. Para 2026, se prevé un leve descenso a 2,87 millones de toneladas, aun manteniéndose como el segundo mayor volumen de la historia australiana.
A la par, el sacrificio de ganado adulto alcanza su pico en 2025 con 9,75 millones de cabezas, descendiendo ligeramente a 9,65 millones en 2026. Este resultado sobresaliente se ha visto favorecido por una reconstrucción del hato entre 2021 y 2023 y por el creciente uso de genética Wagyu, que contribuye a tasas de fertilidad superiores y una mayor disponibilidad de hembras para sacrificio sin mermar la base reproductora.
Respecto a las exportaciones, Australia proyecta despachar 2,21 millones de t de carne de vacuno en 2025, un 16,4% más que el año anterior. En 2026, las ventas externas descenderán levemente a 2,17 millones de t, aunque se mantendrán en niveles récord y aproximadamente un 14,6% por encima de los registros de 2024. El principal motor de esta demanda internacional sigue siendo Estados Unidos, que incrementó sus compras ante la aplicación de aranceles restrictivos sobre la carne brasileña (pasando del 26,4% al 76,4% a partir de agosto de 2025).
El sector ovino, aunque menos voluminoso que el bovino, también reporta indicadores sólidos. La producción y exportación nacional de carne de ovino experimentan una estabilidad con ligeros aumentos interanuales, manteniendo a Australia a la cabeza en el comercio global de este producto.
En el ámbito de los embarques de ganado, Australia registra en 2025 exportaciones de 750.000 cabezas de bovino vivo, cifra que se espera descienda a 700.000 en 2026 debido a la competencia emergente de Brasil en los mercados asiáticos y al probable aumento de precios internos, que podría reducir la competitividad australiana frente a otros proveedores.
La capacidad instalada de faena y de feedlots en Australia permanece en niveles máximos, limitando la posibilidad de nuevos incrementos productivos a corto plazo. Se estima que el 38% del sacrificio nacional adulto procede de animales terminados en cebadero, facilitando la conservación de elevados pesos de canal y la adaptación a la demanda internacional de cortes premium, especialmente en Asia y Estados Unidos.
El panorama para ovinos y vacunos durante 2025-2026 se apoya en condiciones agroclimáticas mayormente favorables, con lluvias por encima de la media en las principales regiones ganaderas, asegurando la calidad de los pastos y una buena condición corporal de los reproductores. Sin embargo, zonas del sur, como Victoria y Australia Meridional, atravesaron sequías durante 2024, viéndose luego beneficiadas por recuperaciones hídricas desde junio de 2025.
Los precios internacionales de la carne australiana tienden al alza, influenciados por la reducción de suministros estadounidenses y brasileños, y por una demanda interna que, pese al encarecimiento, mantiene niveles estables por el dinamismo demográfico del país. Australia prevé que la competitividad internacional se mantenga gracias a la calidad de sus productos y a políticas adaptativas ante cambios en la estructura global de tarifas y cuotas de importación.