La lechería paraguaya transita el cierre del año con un escenario productivo favorable, impulsado por un clima excepcional y costos de alimentación históricamente bajos. Así lo evaluó Hugo Kehler, presidente de la Asociación de Productores de Leche (APROLE), en conversación con Valor Agregado por Radio Asunción.
Aunque el sector enfrenta una “leve baja” en los precios pagados al productor, Kehler aseguró que la ecuación económica sigue siendo positiva, gracias a la estabilidad climática y a un costo-beneficio que permite márgenes de entre 10% y 15% en la mayoría de los tambos organizados.
La situación climática fue determinante para sostener altos niveles de producción durante todo el año, especialmente en la zona de Campo 9, principal polo lechero del país.
Kehler destacó que la Cooperativa La Holanda supera hoy 1.600.000 litros diarios, un volumen que se mantuvo incluso al llegar diciembre.
“El clima acompañó como pocas veces, y eso permitió sostener muy buenas producciones”, afirmó.
En el Chaco, la realidad es diferente por las condiciones naturales y los desafíos logísticos, pero también se observaron avances en eficiencia y estabilidad productiva.
Precios a la baja, pero con costos aún muy favorables
Si bien algunas industrias ajustaron el valor de la leche hacia abajo por el aumento del stock y la menor demanda del consumo interno, factores típicos del verano: fin de clases, mayor calor y cambios de hábitos alimentarios; el impacto fue amortiguado por costos de alimentación muy competitivos.
Por un lado, dijo que la harina de soja y el expeller subieron levemente, pero se mantienen en niveles bajos, mientras que la burlanda continúa con precios accesibles.
“Tuvimos un año súper favorable en costos. La relación sigue siendo buena, y si se trabaja bien los tambos logran márgenes interesantes”, aseguró Kehler, remarcando que el negocio sigue siendo rentable para la mayoría de los productores.
El mercado internacional: señales a seguir en 2026
Aunque Paraguay no depende fuertemente de la exportación láctea, la referencia de Fonterra muestra una corrección bajista en los precios internacionales, tendencia que podría extenderse en 2026.
Este escenario afecta especialmente a La Holanda, la cooperativa con mayor participación en exportaciones. “Las proyecciones indican precios bajos para el próximo año. Es un desafío para quienes exportan”, expresó Kehler.

Hugo Kehler, presidente de Aprole.
Para el resto del sector, el efecto dependerá de la dinámica del mercado interno: si el consumo se fortalece, la exposición internacional será limitada.
Más competencia por el maíz en 2026
La disponibilidad de maíz, insumo clave en la dieta de vacas lecheras, será otro punto de atención el próximo año. Kehler anticipó un aumento en la competencia por el cereal, impulsado por: el crecimiento de la industria de pollos, la expansión de la producción porcina, y la mayor utilización por parte de confinamientos bovinos.
Un aspecto que podría aliviar la presión es el elevado nivel de exportación del grano: “Todavía exportamos entre 40% y 50% del maíz, y muchas veces a un precio más bajo que el que podría pagarse localmente. Lo ideal sería usar más maíz dentro del país”, señaló.
Crecimiento de los tambos y desafíos sanitarios
Según Kehler, los tambos que trabajan con buena gestión siguen aumentando su producción y ampliando el rodeo lechero. Sin embargo, 2025 dejó también desafíos sanitarios relevantes: aparición de anaplasmosis y tristeza bovina en varias regiones, y aumento de la mortandad de terneras.
Son enfermedades que requieren una estrategia más afinada para convivir con el clima del país, afirmó.
En cuanto a los tambos pequeños, Kehler fue claro sobre la escala mínima necesaria para asegurar ingresos: “Para generar un salario mínimo mensual, hoy se necesitan 100 a 120 litros de leche por día destinados a la venta”.
