La ganadería nacional atraviesa un momento decisivo, marcado por los desafíos que dejó la prolongada sequía, la disminución del stock y la necesidad de políticas públicas que acompañen la recuperación del sector. En este contexto, distintos actores del rubro coinciden en que el apoyo estatal será clave para consolidar una etapa de crecimiento sostenible y evitar la pérdida de productores.
El director y propietario de Servicios y Carimbo Consignataria, Víctor Montalto, en diálogo con Valor Agro, analizó los principales retos y oportunidades que enfrenta la ganadería y el negocio de remates, destacando la importancia de políticas activas y del compromiso conjunto para recuperar la estabilidad del sector.
Para Montalto, la recuperación del hato nacional será un proceso lento, que depende tanto de la planificación del productor como del respaldo institucional.
“Esta recuperación no es rápida, lleva su tiempo y necesita apoyo. A nivel gubernamental debería incentivarse la retención de vientres, con créditos blandos para que la gente vuelva a interesarse en invertir en ganadería a largo plazo”, sostuvo.
Planteó además la necesidad de políticas que ayuden a frenar la faena de reposiciones, un problema que se arrastra desde los años de sequía.
“Debería buscarse un mecanismo para frenar un poco la faena de reposiciones, porque las secas y la baja reposición nos llevaron a esta situación. Fueron cuatro años muy difíciles que obligaron a faenar vientres y provocaron escasez y dificultad”, explicó.
En su opinión, un plan gubernamental sólido podría revertir la pérdida de productores que abandonaron la actividad.
“Hay mucha gente que invertía en ganadería y se salió del rubro por la inestabilidad y la falta de previsibilidad. El sector necesita volver a incentivar a esas personas, atraerlas nuevamente a la producción y generar un marco de tranquilidad a largo plazo”, indicó.
El presente de las empresas rematadoras
En cuanto al papel de las empresas del rubro, indicó que las firmas que realizan remates televisados también atraviesan un momento particular.
“Estamos pasando una situación compleja, donde la captación está mucho más difícil. Sin embargo, el sector de remates ofrece precios más sólidos que cualquier negocio cerrado a campo”, explicó.
Según el empresario, los remates continúan siendo una herramienta confiable y conveniente para los productores.
“Cerrar un negocio con una empresa rematadora garantiza un mejor precio que una venta directa. La necesidad de reposición y la cartera de clientes que manejamos generan una subasta más seria y competitiva”, afirmó.
Reconoció, no obstante, que la baja de la reposición afecta a todos los niveles del negocio.
“Se siente la baja de la reposición en todos los sectores: en los remates, en la intermediación independiente y en las compras directas entre estancias”, comentó.
De cara al próximo año, adelantó que la empresa se encuentra en proceso de expansión.
“Nos estamos proyectando para un 2026 que mantendrá esta tendencia de baja reposición, probablemente hasta 2027. Además, estamos abriendo una división de compra de gordo para acompañar al productor en todo el ciclo. Con nosotros puede comprar la hacienda y, una vez terminada, venderla también. Queremos ofrecerle al productor todo el margen de comercialización”, detalló.
Mirada a futuro
A pesar de las dificultades actuales, se mostró optimista respecto al futuro de la ganadería y su potencial de crecimiento.
“Creo que debemos trabajar todos juntos, productores, industria y gobierno, para recuperar la estabilidad y seguir creciendo. Si logramos más gente criando, más inversión y más previsibilidad, vamos a tener una proyección más tranquila y sólida hacia adelante”, concluyó.
