El debate sobre el futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa volvió a encenderse luego de la reunión entre los gremios ganaderos y el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa). El presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Nelore, Luis Soljancic, planteó a Valor Agro su preocupación por lo que considera un apuro innecesario en fijar un plazo para dejar de vacunar, sin antes cumplir con los ajustes técnicos y sanitarios que garanticen seguridad al productor.
“Hoy no tenemos ningún mercado que nos esté exigiendo un cambio de estatus sanitario. Entonces, ¿por qué arriesgar lo que tanto nos costó conseguir?”, cuestionó en diálogo con Valor Agro. El dirigente recordó que Paraguay logró conquistar los principales mercados de carne bovina gracias a la credibilidad de su sistema sanitario y alertó que un paso prematuro podría significar perder en poco tiempo lo que llevó décadas construir.
Una fecha que preocupa
Según explicó Soljancic, el programa presentado por Senacsa fija la última vacunación en 2026, con el objetivo de alcanzar un nuevo estatus sanitario en 2028 o 2030, dependiendo de la ausencia de focos de la enfermedad. Sin embargo, advirtió que el plan obliga a dejar de vacunar en una fecha determinada, cumpla o no el país con los puntos previos del programa.
“En lo particular, lo que más me preocupa es poner una fecha límite. Primero debemos cumplir con las tareas: fortalecer las fronteras, garantizar disponibilidad de antígenos, definir qué pasará con Fundassa y sus funciones, y evaluar cómo reaccionan países vecinos como Brasil o Bolivia. Solo después de eso corresponde hablar de levantar la vacunación”, sostuvo.
¿Un beneficio para el sector porcino?
Otro de los puntos señalados por el titular de la Nelore es que la iniciativa del Senacsa parece estar más alineada con los intereses de la industria porcina, que sí obtendría beneficios inmediatos en el acceso a mercados externos si el país cambia su estatus sanitario.
“Respetamos mucho al sector porcino y queremos que siga creciendo, pero no a costa de poner en riesgo la credibilidad que conquistó la carne bovina en los últimos años. Hoy no hay un beneficio concreto para el productor ganadero, pero sí un riesgo muy alto”, enfatizó.
La postura de la Nelore
Soljancic reiteró que los criadores no están cerrados a un cambio de estatus, pero defendió que se trate de una decisión técnica, consensuada y sin presiones de plazos políticos.
“El mundo es dinámico, sabemos que en algún momento puede llegar el cambio. Pero hagamos primero la tarea y, si mañana los mercados nos exigen, que nos encuentren preparados. Lo que no podemos es adelantarnos y poner en juego todo un sistema que nos abrió las puertas de mercados exigentes”, concluyó.
